La ejecutiva de Pedro Sánchez ha respondido al “choque de trenes” que vive su partido sustituyendo su propuesta de congreso ordinario en diciembre por la de uno extraordinario el 12 y 13 de noviembre, precedido igualmente de primarias el 23 de octubre para elegir secretario general.
La diferencia entre un congreso ordinario y uno extraordinario es que éste solo decide la composición de los órganos de dirección del partido, no el proyecto político para los próximos años.
La Comisión Ejecutiva Federal leal, que se ha reunido en Ferraz con los miembros más leales a Sánchez, ha modificado el orden del día del Comité Federal del sábado para que debata y vote esa propuesta.
Entretanto, durante toda la mañana’sanchistas’ y ‘susanistas’ se han enzarzado en una pugna por el control del partido derivada de la incertidumbre que generó ayer la dimisión de la mitad de los miembros de la dirección para forzar el cese del secretario general.
Ferraz ha frenado la pretensión de los detractores de convocar la Comisión Federal de Ética y Garantías del partido para que dirima si la Ejecutiva está disuelta y es preciso convocar un Comité Federal para crear una gestora que tome las riendas del partido.
La dirigente andaluza Verónica Pérez, persona de confianza de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha proclamado que ella es quien tiene que ejercer el control del partido por desempeñar la presidencia del Comité Federal, el máximo órgano del partido.
“En este momento, la única autoridad que existe en el PSOE, les guste o no, soy yo, porque me eligieron en el Comité Federal”, ha proclamado Pérez a las puertas de la sede de Ferraz.
Pérez ha llegado con el propósito de que se convoque la Comisión de Ética y Garantías, donde los críticos tienen mayoría entre sus cinco vocales.
Sin embargo, la secretaría de Organización ha emitido un comunicado en el que considera “nula a todos los efectos” la convocatoria de ese órgano por ser una iniciativa “unilateral” que no cumple la normativa.
La mano derecha de Susana Díaz ha advertido que espera que nadie “esté secuestrando” este órgano porque eso sería “lo último”.
“Intentar buscar una maniobra reglamentaria o estatutaria para atrincherarse en Ferraz no es estar a la altura de lo que merece este partido”, ha censurado.
La comisión está presidida por la exparlamentaria vasca Isabel Celáa, afín a Sánchez, que ayer, miércoles, tras desatarse la rebelión, comunicó a Pérez por correo electrónico que no tenía “autoridad” para convocar una reunión de ese órgano.
En la batalla por el control del partido, Ferraz ha asegurado que la secretaria general del PSOE de Sevilla no puede arrogarse la presidencia del Comité Federal al no ser un cargo orgánico, sino de una responsabilidad que se otorga al comienzo de cada sesión, han informado a EFE fuentes de la dirección.
Pérez ha estado dos horas en la sede de Ferraz, pero solo ha podido registrar su solicitud de reunión, acompañado del gerente del partido, y no ha sido recibida por nadie de Organización, como ella pedía.
“Es muy triste. Cómo se puede interpretar que yo o cualquier militante socialista, podemos ser una amenaza, porque entiendo que alguien piensa que somos una amenaza para algo cuando no nos dejan acceder a las dependencias de Ferraz”, se ha quejado.
En lo único en lo que coinciden los partidarios de Sánchez y sus detractores es en la necesidad de celebrar este sábado el Comité Federal, aunque difieren de lo que se debería aprobar, ya que los críticos pretenden que lo que acuerde sea constituir una gestora que guía al partido hasta la celebración de un congreso ordinario, pero una vez que se solucione la formación de gobierno.
El cisma entre los dirigentes del PSOE continúa trasladándose a la militancia, sobre todo en las federaciones que ya estaban divididas, como la valenciana, donde hoy afiliados de base han creado una nueva plataforma de apoyo a Pedro Sánchez.
Mientras, el presidente de esa Comunidad, Ximo Puig, uno de los diecisiete miembros de la ejecutiva que dimitieron ayer, intenta que su posición en contra de Sánchez no perjudique a su pacto de gobierno con Podemos.
Los principales líderes territoriales mantienen cada uno su posición a favor o en contra de Sánchez, a quien respalda la presidenta balear, Francina Armengol; el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, el secretario general del PSOE en Castilla y León, Luis Tudanca; la vasca Idoia Mendia y la madrileña Sara Hernández, principalmente.
Iceta ha vuelto a ser hoy de los más contundentes, la considerar a Sánchez el mejor líder que puede tener el partido, mientras que Armengol ha vuelto a defender en las puertas de Ferraz el “no a Rajoy” y la necesidad, a su juicio, de que los militantes voten ya para decidir ante este “choque de trenes”.
El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha propuesto, por su parte, una comisión gestora “no contaminada” que se encargue de convocar el congreso extraordinario, como vía para salir de la crisis.