El espacio joven de la fiesta mayor de Matadepera, el Vilagatzara, conocido popularmente como "les farraques" y situado al lado del pabellón, tendrá un nuevo enfoque el próximo año después de los altercados que se produjeron en sus inmediaciones en la última edición de los festejos (a finales de agosto), con una detención incluida. "El problema no es el espacio joven, sino su entorno. Por eso, queremos hablar con el colectivo juvenil para consensuar una mejora del espacio, para replantear su formato y que no vuelvan a ocurrir cosas como las que pasaron en esta última edición de la fiesta mayor", afirmó ayer la alcaldesa de Matadepera, Mireia Solsona (PDC).
La primera edil hizo estas declaraciones después de que en el pleno municipal celebrado el lunes saliesen a relucir, a preguntas de ERC, en la oposición, los incidentes que se produjeron en la madrugada del domingo en el entorno del Vilagatzara. Unos incidentes de los que se habló largo y tendido durante el pleno y que llevaron a cuestionar el modelo de este espacio para jóvenes. "Quizá todavía estemos a tiempo de reconducir el formato", llegó a afirmar en el pleno la teniente de alcalde de Gobernación, Montse Royes, mientras que Solsona resaltó ayer que "acude un público muy joven y el verdadero problema es que se bebe mucho".
En su calidad de concejal de Gobernación, Royes detalló durante el pleno que los altercados se produjeron a las 6.30 de la mañana del domingo, cuando a la altura de la plaza de Sant Jordi, al lado de la Escola de Música y el pabellón, "un grupo de un centenar de jóvenes puso unas vallas en la calzada y cortó el tráfico. En ese momento pasaba un vehículo y lo zarandearon y atemorizaron a sus ocupantes".
Identificaciones
Los incidentes no acabaron aquí ya que, continuó explicando la primera teniente de alcalde, luego hubo enfrentamientos entre la policía (Mossos d’Esquadra y Policía Local) y este grupo de jóvenes, algunos de los cuales "lanzaron piedras y botellas a los agentes y los insultaron" mientras huían del lugar. Se produjeron numerosas identificaciones y se levantaron actas por infracciones administrativas (con su correspondiente multa).
"Es muy triste que pasen estas cosas", lamentó la edil, quien temió que si en un futuro no se introducen medidas correctoras "nos podría acabar pasando como en las fiestas de Gràcia, que tuvieron que intervenir los antidisturbios".
La madrugada del día anterior, sábado, un joven propinó un puñetazo a un policía y fue detenido. Ahora está pendiente de juicio, informó ayer Royes.
También explicó que, al margen de los altercados de la madrugada del domingo y la detención de la madrugada del sábado, la Policía Local levantó a lo largo de las tres noches que duró el Vilagatzara numerosas actas por "orinar en la calle y hacer ‘botellón’", siempre, especificó la teniente de alcalde, en las inmediaciones del Vilagatzara.
En su interior no se produjeron incidentes gracias en gran medida a la fuerte seguridad (Mossos, Policía Local y seguridad privada). Sin embargo, sí que hubo jóvenes que tuvieron que ser atendidos por la Cruz Roja (que desplazó una dotación) por beber en exceso e incluso alguno tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario.
Al referirse a los disturbios de la madrugada del domingo, el concejal de la CUP, Joan Pizà, en la oposición, opinó en el pleno que se trató de "un hecho puntual y aislado" ya que este centenar de jóvenes supone "un grupo reducido en comparación con los miles" que pasan por el Vilagatzara.
Solsona compartió la opinión de Pizà, aunque ayer lamentó que "es una pena que por culpa de unos pocos la fiesta joven acabe así. Sabe mal porque se ponen muchos medios (de seguridad) para que eso no pase". Y añadió, a modo de balance, que "todos los años, poco o mucho, pasa algo. La pregunta por tanto es: ‘¿Lo podemos hacer diferente para que las cosas vayan a mejor?’. Algo habrá que cambiar y sobre esa cuestión queremos hablar con el colectivo juvenil".