Recorrer los más de dos mil kilómetros que separan Santiago de Compostela de Roma. Este es el objetivo del terrassense Josep Manel Orti, de 65 años, que a mediados de junio emprendió en la capital italiana su peregrinaje hacia la ciudad que alberga las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Tras catorce semanas caminando por Italia, Francia y ahora por el norte de España, Orti se encuentra cerca desu destino . El peregrino prevé llegar a Santiago a finales de mes.
“El camino está yendo según las previsiones. Creo que mi peregrinaje durará entre 95 y 100 días”, comenta. Aun así, el terrassense reconoce que ha encontrado algunas dificultades a lo largo de la ruta. “Las primeras tres semanas lo pasé mal. Me salió una ampolla en cada pie y como hacía calor y sudaba no se curaban”, recuerda. Además, Orti confiesa que los Alpes fueron “muy duros” y que ha ido encontrado tramos un poco peligrosos en su camino. “En caso de lluvia se tiene que vigilar mucho. Además, con el calor tienes que comer bien e hidratarte”, señala.
Orti está siguiendo la ruta que tenía prevista aunque hace variaciones sobre la marcha. Camina entre seis y once horas diarias. El día más intenso fue el pasado 18 de agosto, cuando caminó 48 kilómetros durante once horas para llegar a Toulouse, donde se tomó un día de descanso. “Estoy sorprendido de cómo estoy respondiendo. El día 18 fue una prueba y acabé muy bien pero eso no se puede hacer cada día. Voy alternando días más tranquilos con días más intensos”, comenta.
Su experiencia, en un blog
Cada día, cuando termina la etapa, aprovecha para ducharse, comer, descansar y resumir su día en misendero2016.blogspot.com
“Es raro que tratándose de un camino tan largo no haya encontrado gente curiosa. Tan solo coincidí con un grupo de chicos de Marsella que celebraban una despedida de soltero en Forcalquier. Hacían unos juegos con los que se lo pasaban bomba. Estuve un rato con ellos”, recuerda.
Duerme en todo tipo de alojamientos. Tanto en albergues, como en hoteles, casas particulares, iglesias, abadías y monasterios. Mantiene el contacto con sus amigos y familiares, a los que agradece el apoyo mostrado en todo momento, a través de Whatsapp. Además, el pasado 8 de agosto, su hija Cristina y su yerno Carlos fueron a pasar todo el día con él, andado desde Montpellier a Montarnaud. “Fue una lástima que mi otra hija, Laura, no pudiera venir. Después de tantos días peregrinando solo, que vengan a verte personas a las que amas es maravilloso, te llena mucho. Este recuerdo quedará en mi memoria para siempre”, asegura.
Esta no es la primera vez que este vecino del barrio de Sant Pere Nord hace el Camino de Santiago pero sí la ocasión en la que ha partido de un punto más lejano a su destino. En comparación con los caminos anteriores, Orti asegura que este está siendo muy diferente. “Son más kilómetros y menos gente; es un camino muy solitario. Las costumbres son diferentes y los horarios también pero la gente siempre intenta ayudarte”, comenta. “Mentalmente, después de tantos días andando solo, me encuentro muy bien. En ningún momento me he sentido agobiado”, afirma. Y es más, “haciendo este peregrinaje me estoy dando cuenta de que uno no conoce sus límites”, asegura.
“Cuando hago el Camino, no me gusta mirar más allá de mañana o pasado mañana pero si todo sale según lo previsto llegaré a Santiago alrededor del 28 de septiembre”, contaba hace unos cuantos días.