El fabricante de etiquetas y de sleeve, Satergraf, ha duplicado la superficie de su planta con la adquisición de una nave anexa a la factoría situada en la calle de Bosch i Gimpera, en el polígono industrial de Santa Margarida, adonde se trasladó en 2010. La empresa dispone ahora de más de cinco mil metros cuadrados de superficie, en los que ha “redistribuido” sus líneas de producción, según explica Bartomeu Bayo, que conjuntamente con Lluís Busquets, fundaron esta compañía en 1991 en la calle de Conflent, en el sector Nord. “El año 1991 era una época difícil por la crisis del petróleo pero este sector estaba creciendo. Luego, claro, pusimos mucho sacrificio, esfuerzo y ganas”, dice Bayo, natural de Terrassa. Su socio Lluís Busquets reside en Sabadell.
De la combinación de los topónimos de ambas ciudades, recuerda Bayo, surgió el nombre de la empresa: Sa-Ter-Graf. “Empezamos en un local de quinientos metros cuadrados de superficie y nosotros mismos nos encargábamos de todo el proceso productivo y comercial”, añade este empresario. Ambos fundadores siguen al frente de la dirección de Satergraf cuando se cumple, este año, el veinticinco aniversario de la constitución de la empresa. Y la compañía llega a esta celebración en un momento dulce, con incrementos de su facturación del 15% al 20% en los últimos años.
El último ejercicio facturó cinco millones de euros, una cifra que quedan muy lejos de las “treinta mil pesetas en ventas que hicimos el primer año”, rememora el gerente. También ha resultado crucial la constante modernización de su maquinaria. La última adquisición ha sido un equipo digital, de última generación, específico para el sector farmacéutico que amplia la capacidad y especialización de la producción que ofrece la empresa con esta tecnología (offset digital).
En el momento justo
El secreto de la excelente marcha de Satergraf, a pesar de la crisis económica, es haber acertado con la ampliación de la producción introduciéndose en el momento justo en la “nueva era digital”, que se vino a sumar a los servicios tradicionales de impresión flexográfica, tipográfica y serigráfica plana y rotativa. “También fue importante empezar en su día a ofrecer tirajes cortos y mejorar muchísimo la eficiencia de la producción”, añade Jordi Bayo que con su hermano, Salvador, integran la segunda generación de esta familia en la compañía. Los sectores con los que trabaja la empresa son múltiples (“etiquetas hace todo el mundo y nosotros queremos trabajar con todos los sectores”, confirma Bartomeu Bayo), pero incide especialmente en la alimentación, las bebidas, la cosmética, laboratorios, química e industria.
Sobre todo en Catalunya
Sus ventas se centran en un ochenta por ciento sobre todo en Catalunya y también en el resto del Estado español. En materia de exportación tiene mercado en Francia y se quiere fomentar la internacionalización. Pero Satergraf no es una empresa que haya crecido gracias al mercado exterior, como otras muchas en tiempos de crisis. Cuando se trasladó al polígono industrial de Santa Margarida también dio el gran salto en recursos humanos: ahora son 40 trabajadores en plantilla. “La clave -dice Bartomeu Bayo- ha sido nuestra manera de trabajar y realmente los que nos han hecho tirar adelante y crecer han sido nuestros clientes, que nos han dado su confianza”. Y esta compañía egarense mira con optimismo hacia futuro, pues confía plenamente en la estrategia empresarial que les ha traído hasta aquí y que no ha sido otra que “la reinversión constante y una apuesta por el valor añadido y la calidad”, concluye Jordi Bayo.