Unas vallas protegían ayer los aledaños del edificio del que se desprendieron cascotes el martes por la tarde. El estado de la fachada obligaba, según la policía, a una actuación urgente.
Cayó una pieza de un metro cuadrado. Una dotación de Bombers había intervenido a las tres de la tarde para sanear una fachada del inmueble, un edificio abandonado ubicado en la carretera de Montcada, a poca distancia de la intersección con la carretera de Rubí y la calle de Topete.
Pero el saneamiento realizado por Bombers era insuficiente; una viga parecía en mal estado y corría peligro de caer en breve, pues sostenía todo el peso de un muro.
La Policía Municipal solicitó cuatro vallas para delimitar el área de influencia de la fachada maltrecha y pidió que un técnico municipal inspeccionase el inmueble. Era urgente contactar con su propietario para que procediese a las reparaciones pertinentes.