Parece que las arañas-lobo se han mudado de sitio. Eso creen los vecinos de Can Roca afectados este verano por la plaga de arácnidos que invadía calles de ese barrio y entraba en domicilios y zonas comunitarias. Y creen que los artrópodos están en otros solares del sector que se encuentran tan dejados y sucios como estaba el recinto del que procedían los invertebrados que han trastocado la calma del vecindario.
Al menos, las arañas gigantescas, emparentadas con las tarántulas, ya no se pasean por la calle de Pere Prat y sus alrededores al anochecer. Instados por el Ayuntamiento, los propietarios del solar donde se alojaban las arañas empezaron a limpiarlo dos días después de la publicación, el 23 de julio, de las quejas vecinales en este diario.
Desbrozo
Acabados los trabajos de desbrozo y de tratamiento de la tierra, el Consistorio consideró que el foco de arácnidos había quedado eliminado, pero los vecinos lo desmintieron a principios de agosto. No sólo, según ellos, seguían apareciendo los bichos cada noche, merodeando alrededor de las farolas, introduciéndose en los edificios de viviendas; sospechaban que la operación de adecentamiento del foco de la plaga había impulsado a los animales a dispersarse y alojarse en otras fincas.
Ahora, aparentemente mitigado el problema, los afectados apuntan que las arañas "se han mudado a otros solares" del barrio en estado de abandono. Y aseguran que seguirán insistiendo a la Administración para que todos los terrenos degradados sean limpiados, pues también se han detectado ratas y escarabajos.
Las arañas más vistas en la zona son ejemplares de Hogna radiata, conocida asimismo como tarántula europea o falsa tarántula. El gobierno municipal, tras consultar a expertos, concluyó que los arácnidos detectados no constituían un peligro para la salud ni anidaban en el interior de viviendas, si bien los efectos de la picadura de la Hogna radiata son similares a los de una abeja. Los vecinos aseguran que queda mucho trabajo por hacer en la higiene del sector.
