Opinió

Desfase

Las cifras de la educación nos ofrece una información que va algo más allá de la pura aritmética de las ratios de alumnos por clase. Hoy publicamos que las matriculaciones de alumnos de ESO han crecido en los últimos año casi un 10 por ciento. Se trata de un ensanchamiento que se produce en la pirámide de edad del aumento de la natalidad que se produjo durante los años previos a la crisis. Los niños que nacieron en 2004 llegan ahora a la enseñanza secundaria obligatoria. Podremos comprobar como dentro de unos años esas cifras descienden como consecuencia del descenso de la natalidad provocado por la crisis económica. De hecho, es exactamente lo que se está produciendo en primaria. Las matrículas de infantil y primaria están descendiendo de manera notable. Los problemas de desempleo, la reducción de los ingresos familiares, la dificultad de los jóvenes para acceder al mercado de trabajo y con ello emanciparse están provocando un importante descenso de la natalidad, a lo que se une la reducción de la llegada de extranjeros, los que han vuelto a sus países o los que han buscado mejor fortuna en otros lugares. Tampoco debemos olvidar a los terrassenses que han emigrado a buscar trabajo al extranjero. Es obvio que la situación económica provoca unas consecuencias en el plano social y por lo tanto en la demografía.

Otra cifra interesante es que en estos momentos podría decirse que la matriculación de alumnos en la escuela pública y en la concertada se reparte a un cincuenta por ciento cuando hace unos años era superior el interés de las familias por la escuelas concertadas. Otra consecuencia lógica de la crisis por lo que habrá que ver si la pretendida recuperación económica se traduce en una alteración de esas cifras.

Asimismo, las cifras también pueden hacernos reflexionar sobre las políticas de las autoridades educativas. Vemos que la reducción de aulas como consecuencia del descenso de la matriculación en infantil y primaria se concentran en unos colegios determinados bajo el argumento de que son centros con un histórico bajo en cuanto a demanda. Es probable que la reducción no haga más que seguir estigmatizando a esos centros. No podemos perder de vista lo que sucedió con el colegio Germans Amat, que por esa política acabó cerrando. Se dijo que el motivo del cierre era porque el edificio estaba obsoleto y ahora lo ocupa otro centro de forma provisional.

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