Al regreso de vacaciones nos encontramos con una nueva noticia de nuestro Ayuntamiento: los mercados dejan de ser municipales. Es la tendencia general y aquí viene impuesta por la Ley 39/2015, que elimina la intervención de los ayuntamientos en este tipo de establecimientos.
A partir de ahí, el Ayuntamiento de Terrassa dejará de intervenir, y como propietario que es de los inmuebles de los dos mercados mayores -Independència y Triomf- su función se limitará a cobrar los alquileres. Es la tendencia a la liberalización en el mundo español, europeo y occidental, y por ley han sido obligados a ello.
Habrá que ver por cuánto tiempo cobran alquileres, o si, como eso da poco margen de maniobra política, cuánto tiempo tardan en la Casa Gran a tomar la decisión de hacer caja.
Nos fuimos de vacaciones con el anuncio de municipalizar el abastecimiento de agua, decisión que va claramente contra la corriente general, y, a falta de ley que lo ampare, no pueden encontrar excusa alguna por la vía del funcionamiento, el precio o la calidad del servicio, prestado por una empresa ejemplar y que, además, por algo debe permitirse ser la más antigua de España.
Por aquello de que el agua es de todos, habían llegado a la conclusión de que eran los ciudadanos los que debían votar el tipo de gestión que deseaban, idea que pronto archivó nuestro alcalde, decidiendo que se llevaría a cabo un proceso participativo por el que la ciudadanía sólo “podrá opinar”. ¿Se habrá percatado de que son muchos los que confían más en la Mina que en el Ayuntamiento? ¿Esos cambios de criterio no demuestran que van cambiándolos según conviene a sus intereses?
Cada vez parece más clara la abundancia de políticos que padecemos que, a falta de ideas útiles y brillantes que poner en práctica, sienten la necesidad de “decretar”, aunque un día lo hagan al derecho y al siguiente, al revés.
Entre las “importantes” decisiones del verano se puede anotar el variado uso de las piscinas de Vallparadís, forma original de dar la “nota”, consiguiendo que una minoría se sienta satisfecha, mientras la mayoría de usuarios se siente indignada. Pero, con decisiones como ésa, se nota que nuestro Consistorio está ahí, actúa, da de qué hablar… Son formas de demostrar ese progresismo rampante de que hacen gala, olvidándose de medidas de calado y estratégicas para una ciudad que tiene una retahíla importante de problemas por resolver.
Que con tanto personal en nómina tengan cedidos a terceros algunos servicios como las multas por aparcamiento descoloca al ciudadano tanto como la reciente decisión sobre las piscinas, pero es que, además, quienes compran tal concesión son a veces de una intolerancia sangrante, pues actúan exclusivamente movidos por el beneficio económico.
Efectivamente, se nota que “mandan” aunque no necesariamente eso quiera decir que “gobiernen”.