El portavoz de ERC, Joan Tardá, ha retado hoy al líder del PP, Mariano Rajoy; al de Ciudadanos, Albert Rivera, y a los magistrados del Tribunal Constitucional acerca de la hoja de ruta hacia la independencia de Cataluña, y ha proclamado: “No les tenemos miedo”.
Así ha comenzado su intervención en el debate de investidura el diputado del grupo independentista catalán, que ha hecho también un canto a los valores de los “rojos” frente a la España “derechona” e “inmovilista” que, a su juicio, encarnan PP y Ciudadanos.
“El pueblo de Cataluña es pacífico, cívico e indefenso, razón por la cual, porque es un pueblo democrático, no tenemos miedo a sus amenazas”, ha añadido Tardá en alusión a la vía penal abierta por el TC hace unas semanas a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
Ha señalado, además, que si el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hubiera aceptado en la pasada legislatura la celebración en un año de un referéndum en Cataluña sobre la independencia, hoy estaría gobernando, y de paso, se habría “políticamente enterrado” tanto a Rajoy como a “su monaguillo” Albert Rivera.
Además, ya estarían derogadas, ha añadido, las leyes “más reaccionarias” de la legislatura de la mayoría absoluta de Rajoy y se estarían implementando políticas económicas y sociales socialdemócratas.
“Pero, desgraciadamente, el PSOE ha interiorizado la máxima de José Calvo Sotelo, la de España antes rota que roja, que se ha tornado en España antes azul que roja”, ha apostillado.
Se ha detenido el portavoz de ERC en la situación en Cataluña, ha criticado “la creciente catalanofobia cuando no odio” hacia los postulados soberanistas y ha advertido de que la separación del resto de España es ineludible.
“Tienen que asumir que en el Parlament ya existe una mayoría parlamentaria independentista, razón por la cual nos separamos en un proceso tan democrático como imparable”, ha avisado Tardá, antes de insistir en que no se resignan “a un futuro sin esperanza”.
Los dos objetivos de futuro para Cataluña son, según sus palabras, la socialización de la riqueza, para que todos los ciudadanos que allí residen al margen de su procedencia tengan garantizada una “vida digna” y construir una democracia participativa, directa y moderna, en la que no quepa la corrupción y que no esté supeditada a los poderes financieros.
“A ver si se enteran de una puñetera vez; no tenemos nada contra España y menos contra los españoles. Lo que queremos es gobernarnos a nosotros mismos y esto es lo que haremos”, ha proclamado. “Es lo que nosotros denominamos república”, ha dicho.
Lo ha contrapuesto a la “España en quiebra” que cree que pretende endosarles Rajoy, con “más genuflexión a los poderes oligárquicos” y otras “operaciones Cataluña” para “criminalizar” al independentismo y “sabotear” una mayoría que ya existe.
Una España en la que, según ha ilustrado, por primera vez desde la guerra civil se han producido más muertes que nacimientos, “un dato catastrófico que ilustra la magnitud de la tragedia” a la que han conducido las políticas del PP, porque los jóvenes no pueden crear nuevas familias.
“Sólo una Cataluña independiente ofrece un futuro a nuestros jóvenes”, ha señalado.
Tardá, en definitiva, se ha mostrado convencido y seguro de que la hoja de ruta que guía la mayoría de Junts pel Sí y la CUP llegará a puerto, y ha advertido de los riesgos de que esa vía penal abierta por el TC acabe de nuevo con “presos políticos catalanes”.
Llegado el caso, ha añadido, la ciudadanía catalana buscará las fórmulas de “desobediencia y protesta” pacíficas y “ghandianas”, en alusión a Mahatma Gandhi.
Tras marcar distancias con el Estado español, la “España borbónica”, ha dicho en una ocasión, por su corrupción “sistémica”, el diputado catalán ha reprobado “la manipulación y el uso de los recursos públicos para maquinar contra el proceso soberanista”, incluida “la mentira” sobre que Cataluña quedará fuera de la UE si la independencia culmina.
Así, ha dicho que si España consiguiera expulsar a una Cataluña independiente de la UE, la deuda, que está a nombre del Estado español, la tendrá que pagar el Estado “sin el concurso se Cataluña”, y eso es algo “contraproducente”.