Terrassa

Condena de cuatro años por recibir ropa de bebe impregnada de cocaína

Prefirió no jugársela, pues el fiscal reclamaba una pena de seis años de prisión con multa de 106.380 euros y optó por aceptar los hechos y llegar a una sentencia de conformidad: un terrassense acusado de recibir ropa de bebé impregnada de cocaína ha sido condenado a una pena de cuatro años de prisión y a pagar una sanción económica de 50.000 euros. si no satisface la multa, deberá pasar otro año más en un centro penitenciario.

El juicio se celebró en la sección séptima de la Audiencia Provincial de Barcelona el pasado 18 de abril. Fue el colofón judicial a un caso instruido con una celeridad inusitada, pues al reo lo detuvo la Guardia Civil el 30 de noviembre de 2015. El procedimiento fue tramitado, pues, en menos de cinco meses.

Llegada la vista, el Ministerio Fiscal cambió sus conclusiones provisionales de conformidad con el procesado y rebajó sus pretensiones punitivas: pidió cuatro años de cárcel y redujo la cuantía de la multa a menos de la mitad. La sentencia relata de manera sucinta el desarrollo de los hechos: el acusado, de 45 años, era el destinatario de un paquete que llegó al aeropuerto adolfo Suárez Madrid-barajas el 17 de noviebre de 2015. Venía de Brasil, de un vuelo considerado "caliente" en el argot policial. Algo hizo sospechar a la Guardia Civil, que detectó y examinó con rayos X el bulto y, cuando percibió el contenido, la sustencia en que venía impregnada la ropa de bebé que contenía, pidió a un juzgado de Madrid la autorización para que el paquete fuese entregado de manera controlada, bajo vigilancia de los invetigadores. El juzgado dio el permiso y la ropa continuó su recorrido hasta arribar a Terrassa previo paso por un cuartel de la Benemérita en Sant Andreu de la Barca. Allí permaneció desde el 19 hasta el 23 de noviembre. Entre las prendas infantiles había cocaína con un peso neto de 591 gramos.

Un grupo de guardias civiles se desplazó a Terrassa el 23 de noviembre. Se presentaron en la oficina de Correos ubicada en el paseo de Lluís Muncunill y conminaron a los empreados a que diesen de alta el envío en el circuito de entregas. Un guardia llamó al acusado, el destinatario, desde allí mismo, desde Correos. El procesado confirmó que esperaba el paquete, pero anunció que lo recogería en su domicilio una joven, pues él estaba fuera de la ciudad. Él mismo daría aviso a la chica.

Los agentes se dirigieron al portal de la vivienda. Uno llamó al timbre. La muchacha salió y se hizo cargo del paquete. Pero aquel hombre que portaba la mercancía era un guardia civil y ella no lo sabía. Firmó la entrega y el agente le informó de quién era. La joven fue detenida y trasladada al Palacio de Justicia, en la rambleta del Pare Alegre. Allí, un juez abrió el fardo y, según las diligencias, se comprobó el positivo en cocaína. La detenida recibió una llamada delante de agentes y funcionarios de Justicia. Era el acusado, desconocedor de lo que se estaba cociendo. Ella no contestó, pero lo llamó después, ante los guardias. Acordaron ambos que un tercer individuo, un conocido del procesado, recogería la mercancía poco después.

Otras dos detenciones
A la 1.30 de la tarde la joven se presentó en el lugar acordado, a las puertas de un supermecado, El contacto se aproximó a ella. Era el amigo del destinatario del paquete. Se presentó. Los guardias civiles andaban muy cerca y uno de ellos escuchó la conversación. Los agentes se acercaron a la pareja y se identificaron. A la chica detenida se sumó la detención del chico, quien recibió también la llamada del destinatario cuando estaba en poder de la Guardia Civil. Naturalmente, tuvo que decirle que ya poseía el paquete.

Pasaron siete días. el acusado estaba fuera de Catalunya y el 30 de noviembre se citó con su contacto, con el chico que supuestamente tenía la droga, para que le entregase el paquete, para la transferencia definitiva. Los invetigadores habían dispuesto un operativo para detener al destinatario de la coca y varios agentes siguieron al joven portador del paquete a una distancia prudencial. Minutos después, el acusado estaba detenido. El 1 de diciembre entró en prisión. Los otros dos arrestados quedaron en libertad y sus casos, archivados.

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