Terrassa

Los padres negaron haber maltratado a la menor

El padre condenado tuvo dos hijos de una relación anterior y otro con otra pareja. Uno vive con su madre, el segundo falleció y el tercero vive con una tía en Andalucía. El joven trabajaba sin contrato, a veces semanas enteras, a veces días eventuales. Según su testimonio, llevaron a la recién nacida al pediatra el 11 de febrero "porque lloraba al cogerla del brazo". Y, según su testimonio, el médico les dijo que presentaba la clavícula rota y que posiblemente la lesión se la había ocasionado al cambiarla de brazo al cogerla. El doctor les recomendó que tuvieran cuidado al cambiarla y moverla. Decidieron que lo hiciese la madre. La segunda vez que la trasladaron a un centro médico la llevó la progenitora.

No tengo explicación para las lesiones de la niña, dijo. "No he pegado a ninguno de mis hijos", destacó. Sí admitió que en una ocasión la pequeña se le cayó del sofá porque se quedó dormido y no explicó aquello a la madre por miedo a su reacción. Estaba en shock porque le recordó a cuando murió su hijo.

La acusada tiene dos hijos más, uno a cargo de su madre (la abuela) y otro de su progenitor. La joven aseguró que trabajaba limpiando casas, algunos días, y ayudaba a su pareja a buscar chatarra. Cuando faltaban los dos, una vecina cuidaba a la niña. La chica contó que una vez oyó llorar al bebé cuando su padre le cambiaba la ropa y notó que él "le había hecho daño en el hombro" al sacarle la vestimenta.

Un bulto en la pierna
Fueron a Urgencias y la niña tenía un bulto en la clavícula. Sobre lo del fémur, afirmó que un médico le comentó que podía ser por la picadura de "un bicho" (la mujer tiene un huerto) o por el perro de la casa. Sí, le había salido un bulto en la pierna, pero la chiquilla no se quejaba al tocárselo. En una ocasión vio a su pareja moviendo a la niña porque se había atragantado al darle el biberón. ¿Las fracturas de costillas? Posiblemente se las causó el perro al subirse a ella, según le había contado su suegro.

Las explicaciones de los procesados son "manifiestamente insuficientes y contradictorias", señala el tribunal. No cuidaron a la pequeña como era su obligación, añade, y ambos deben responder por lo ocurrido aunque no se haya podido determinar si los dos la trataron con violencia. Un comportamiento diligente de cualquiera de los progenitores hubiera evitado "la situación actual" de la menor, a quien se le detectaron restos de cannabis en el cuerpo debido, según la resolución, a tres posibles motivos: la sustancia le llegó por exposición ambiental al humo de esa droga, durante la gestación a través de la placenta o en la lactancia.

La sección 22 de la Audiencia Provincial condena a los dos jóvenes a tres años de prisión, por un delito de violencia física habitual, y a doce años por un delito de lesiones agravadas. Y a pagar a su hija una pensión vitalicia de mil euros al mes.

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