Sí, lo hizo él, lo reconoció. Él blandió aquel palo de madera, un leño, para intimidar a las empleadas de un supermercado de Sant Pere Nord. A una de ellas intentó asestarle un golpe con tan inusual arma. El atracador huyó tras arrancar la caja registradora de cuajo, pero seis días después fue detenido y en menos de un mes, juzgado y condenado. La sentencia le ha impuesto tres años de prisión.
El robo con violencia e intimidación fue perpetrado el 12 de abril, martes, a eso de las dos de la tarde. Un individuo entró en el establecimiento, un Bon Àrea radicado en la calle de Girona, armado con un leño y con el rostro oculto con una bolsa de papel-cartón que unos testigos le habían visto ponerse a las puertas del local. Ya lo conocían de otras ocasiones, pues lo habían sorprendido dentro del mismo comercio hurtando productos.
Con una mano aguantaba la bolsa, el improvisado pasamontañas, mientras con la otra esgrimía el palo de madera. “¡El dinero!”, oyeron gritar las empleadas, que estaban a punto de acabar la franja matinal de su actividad laboral.
La encargada se resistió al amedrentamiento, forcejearon, y el asaltante intentó golpear a la mujer con el palo, pero ella consiguió esquivar el ataque. Las pocas dudas que había sobre la identidad del atracador quedaron difuminadas cuando la víctima, durante la refriega, le sacó la bolsa de la cabeza; también le metió la mano en un bolsillo y le extrajo un par de paquetes con jeringuillas que estaban sin usar.
caja entera
El asaltante se hizo con la caja registradora. No sólo con su contenido: con la caja entera, que arrancó, y escapó con ella bajo el brazo. Un testigo lo vio cruzar la calle del Doctor Ferran, paralela a la de Girona, cargado con la caja metálica de la que salía el ruido de tintineo de monedas. El mismo testigo vio al sospechoso introducirse en un bar.
La Policía Municipal y los Mossos d’Esquadra acudieron al súper a los pocos minutos. Hablaron con testigos y visionaron la secuencia del atraco, captada por la cámara de vídeo de seguridad del establecimiento. Una unidad de investigación de los mossos llevó a cabo las
indagaciones que desembocaron en la detención del sospechoso seis días después de los hechos, el 18 de abril. Estaba fichado. El arrestado, de 45 años, de nacionalidad española, vecino de Terrassa y con una decena de antecedentes policiales, pasó a disposición del juzgado de instrucción número 1 de Terrassa, que decidió su ingreso en prisión provisional.
El proceso se abrió como diligencias urgentes y hubo juicio rápido. Tan rápido, que la vista se celebró el 9 de mayo pasado en el juzgado de lo penal número 2. El Ministerio Fiscal, en sus conclusiones provisionales, pedía una pena de cinco años de prisión que luego rebajó al admitir la concurrencia de una circunstancia atenuante: la de drogadicción. Solicitó tres años de cárcel y el acusado se avino.
Confesó los hechos y ha sido condenado a esa pena, tres años, por un delito de robo con violencia e intimidación con uso de arma o instrumento peligroso. La sentencia, que estima el atenuante de drogodependencia pero también las circunstancias agravantes de reincidencia y de disfraz, afirma que el botín ascendió a 950 euros; el reo tendrá que pagar a la víctima esa cantidad y la que corresponda a los daños causados en la caja violentada.
El robo se cometió el 12 de abril en un supermercado Bon Àrea de la calle de Girona y el acusado fue detenido seis días después