"Esto sigue igual". Los vecinos de Can Roca afectados por una plaga de arañas-lobo aseguran que el problema no ha acabado con la limpieza y el tratamiento que, según el Consistorio, los propietarios del solar del que salían las arañas emprendieron la semana pasada. Ni mucho menos, sostienen.
Algunos residentes en la zona, sobre todo avecindados en la calle de Pere Prat, los que no se han mudado por vacaciones, siguen de "caza" nocturna para evitar que los invertebrados entren en los edificios de viviendas. En la noche del jueves mataron cinco arañas gigantes en un intervalo de una hora. Algunos han vuelto a encontrar ejemplares de los artrópodos en los bloques de pisos. Hasta ayer habían eliminado, desde principios de julio, unos cien arácnidos.
"Queremos desmentir que el problema esté solucionado", declaró ayer Ana Demestre, una de las vecinas afectadas y una de las personas impulsoras de una campaña de recogida de firmas entre el vecindario. Los perjudicados tienen previsto reunirse la semana próxima con la asociación de vecinos de Can Roca.
Los bichos, de la familia de las tarántulas, salían (salen) de un solar vallado radicado en la esquina de la calle de Pere Prat con la del Estatut. La Corporación municipal ya había abierto un expediente por el estado de la finca; pero dos días después de que Diari de Terrassa publicase las quejas vecinales, los dueños de ese terreno de titularidad privada empezaron a limpiar de vegetación la finca luego de un requerimiento urgente. Después, según el Ayuntamiento, llevaron a cabo un tratamiento para erradicar los focos de esos arácnidos. El teniente de alcalde Marc Armengol visitó la zona el viernes 29 de julio y el gobierno municipal comunicó que la limpieza había dado resultados "satisfactorios", pues no había indicios de la presencia de arañas-lobo. A pesar de ello, la administración local afirmó que seguiría "muy pendiente" del asunto.
"Los trabajos no han funcionado o no han funcionado del todo", señaló ayer Demestre. Los vecinos sospechan que las arañas no sólo permanecen donde estaban, sino que se han dispersado por otros sectores tras la limpieza en el solar. Los damnificados, mientras tanto, siguen "haciendo guardia por turnos" al caer la noche, hasta que se van a dormir, para cazar arácnidos antes de que entren, como han hecho muchos, en sus casas.