Opinió

Segregación

El síndic de greuges de Catalunya, Rafael Ribó, ha determinado en un informe que Terrassa es la ciudad de Catalunya en la que se da una mayor concentración de inmigración en determinadas escuelas. No se trata de un fenómeno nuevo en la ciudad, de hecho ha sido un tema del que se ha hablado intensamente durante años y sobre el que el propio síndic ya emitió un informe en 2008.

En realidad se trata de un problema que no se puede disfrazar y que genera una gran incomodidad porque en él confluyen principios, valores, derechos y deberes, a veces opuestos. Un ejemplo claro es el de la libertad de los padres de elegir el centro donde deben sus hijos desarrollar su vida escolar y la necesidad de distribuir de manera más o menos equitativa a los alumnos que pueden necesitar de unas necesidades educativas especiales por razón de su procedencia para evitar la desigualdad.

El derecho a la elección de centro no debe entenderse sólo desde una perspectiva de la familia autóctona, sino también de las familias inmigradas puesto que se da la circunstancia de que éstas, por razón de proximidad, eligen, lógicamente la escuela del barrio en el que viven y se hace difícil obligar a que sus hijos sean matriculados en centros alejados e incluso más, que cambien de centro una vez que ya lo han sido.

La concentración de alumnos de familias inmigradas ha provocado la generación de centros en los que los autóctonos muestran reticencias o simplemente se niegan. No se habla abiertamente de rechazo a la inmigración, pero se mezclan razones de tipo cultural y también de carácter académico. En ese sentido, existe la creencia de que estos centros donde se supera, en ocasiones ampliamente, el 50 por ciento de alumnos extranjeros (no se contabilizan los españoles cuyas familias son de procedencia extranjera) el nivel académico es bajo. El buen funcionamiento de escuelas como Font del Alba y Montserrat contrasta con el estigma que supuso para el colegio Germans Amat que alcanzó una cuota de inmigración altísima y su desaparición se achacó a un problema estructural del edificio que ocupaba. El tiempo ha demostrado que lo del edificio fue una excusa. En cualquier caso, el asunto es muy serio, muy complejo y debe abordarse con tanta serenidad como intensidad.

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