El mundo se va a la mierda. Es el paro, los contratos basura, la economía que no levanta cabeza y amenaza con nuevas recesiones cuando aún no hemos salido de la anterior. Es la corrupción o, mejor dicho, son los corruptos, chanchulleros y evasores de impuestos que no devuelven lo robado, es la impotencia del ciudadano de a pie que sólo importa para que vote y pague, son estas legislaturas de seis meses tras las cuales nadie dimite pese a su incapacidad manifiesta para negociar. Por no hablar del calentamiento global y las mil y una formas de cargarse el planeta que aún nos quedan por experimentar.
Fragmento del artículo de Risto Mejide publicado en eldiario.es