“Siempre se me hace rara, la primera vez que quedo con alguien a través de una aplicación porque es como, bien, nos gustamos físicamente y ya está. Porque, ¿quién eres tú realmente?”, dice Gabriela, brasileña, 29 años, soltera, voz sensual y acento estimulante, juguetona y libre en Barcelona desde que llegó de Río hace unos meses para estudiar en Terrassa. “Solo buscaba conocer a gente, así que me apunte a adoptauntio.es”, cuenta. Con el primero que dio fui con un tipo algo bizco y de voz profunda de Sabadell. No tardó en quedar con él. Tomaron una copas por nuestra ciudad. Era jueves y al día siguiente Xavi se iba con sus amigos a pasar el fin de semana a la Costa Brava, donde tenía una casa. Él la invitó a que fuera con ellos. Y ella (“¡loca, si no le conoces de nada!”, le dijo su compañera de piso) aceptó sin pensar. “Para mí fue un finde muy guay porque no sabía ni lo que era la Costa Brava”, cuenta Gabriela mientras se sirve guaraná, burbujeante ella, en una copa. “Los amigos de Xavi eran supercatalanes y hasta me enseñaron qué era la sardana”.
Y Xavi, acalorado por tal derroche de desenvoltura carioca, se las ingenió con alguna que otra excusa para acabar durmiendo con Gabriela en la misma habitación. Y hubo fiesta de la buena con vistas al mar.
“Yo sí que les diría a las chicas que no lo hagan solo porque toda la situación las lleva a eso, que no coman si no tienen hambre, solo si les apetece.”
Recién llegada de Brasil, Gabriela vivió un fin de semana intensamente catalán en la Costa Brava en compañía de Xavi, un chico al que conoció en adoptauntio
Durante los días posteriores, Gabriela se despertó con los mensajes que aquel tipo, locutor de radio profesional, le enviaba por WhatsApp con voz engolada. “Bon dia, són les nou”, le decía. Hasta que en uno de los mensajes, esta vez de texto, él le dijo que no quería una relación seria. “¿Y quién te ha hablado de una relación seria?”, le respondió ella. “¿A ti qué te pasa?”, le soltó. “Bye-bye”. Sigue buscando.
