Cristian García ha regresado al Terrassa FC once años después de su salida con destino al Poli Ejido. Se marchó tras el descenso a Segunda "B" y vuelve como símbolo del nuevo proyecto deportivo de Jordi Cuesta, aunando la figura del ídolo del pasado más glorioso y la apuesta del futuro más ambicioso. Jugador y asesor del presidente, ha sido el principal arquitecto en el diseño de la plantilla que se pone en marcha el próximo lunes.
¿Qué sintió el pasado viernes cuando se volvió a poner la camiseta del Terrassa FC para su presentación oficial?
Una gran emoción. Entrar al vestuario y sentarme donde lo había hecho siempre tuvo mucho significado. Es cerrar el círculo de mi carrera deportiva. Cuando acabó la rueda de prensa estuve en el terreno de juego reviviendo algunos de los pasajes de mi estancia en el club.
¿Le vinieron muchos recuerdos a la cabeza?
Muchísimos. Porque he vivido cosas importantes en este campo. Desde ser recogepelotas en la promoción contra el Málaga, al partido en el que Miguel Ángel le paró un penalti a Puigbó, del Premià, que impidió el descenso a Tercera División; o marcar el gol de la salvación contra el Leganés.
¿Ese sentimiento de pertenencia explica su regreso?
Está claro. Se han dado muchas circunstancias a la vez, como el deseo de volver a estar con la familia, haber puesto en marcha una empresa y tener la oportunidad de regresar al club de mi vida. Sólo me planteaba seguir si era en el Terrassa, porque ahora está bien gestionado por unas personas que se merecen que todos hagamos un esfuerzo. Podría haber seguido jugando fuera, porque de Segunda "B" he tenido ofertas y en Segunda "A" era cuestión de ponerse en el mercado. Pero al final decidí venir a Terrassa porque este proyecto me ilusiona y la ilusión es lo que me mueve. Tengo muchas ganas de volver a jugar un partido con el Terrassa.
¿Admitirá que se trata de un paso arriesgado?
Para mí supone un reto. Yo ahora mismo tengo tres retos en mi vida: la familia, porque he sido padre hace nueve meses y he estado ese tiempo sin ellos; el reto empresarial que debe ser mi motor económico; y el reto deportivo, porque voy a hacer algo que me gusta en el sitio que me quieren y en el equipo de mi vida. Yo también me juego mucho, porque tengo que demostrar que puedo jugar en Tercera División y tengo la oportunidad de formarme. Vengo a ayudar y a dar mi opinión.
Eso tampoco se lo cree nadie, porque este equipo lo ha hecho usted en gran medida.
Yo he dado mi opinión. El presidente y el vicepresidente, Ildefons Doblas, me han dado esa responsabilidad y he opinado en los fichajes que hemos hecho. Pero está Toni Rodríguez también y las personas que forman la comisión deportiva. Yo asumo mi responsabilidad, pero a partir del lunes seré jugador.
¿Aparcará el despacho?
Voy a formarme. Quiero hacer el curso de director deportivo y si en el futuro debo asumir esa responsabilidad estar preparado para ello.
Usted aúna el simbolismo del pasado más esplendoroso y del futuro que está por venir.
Yo viví la mejor época del club, me marché y he vuelto. Pienso que me queda recorrido como jugador, el club me ha abierto las puertas y después de seis años en Tercera ya toca subir. Sí, quizas soy la figura que aúna esos dos tiempos.
¿Qué club se ha encontrado?
La esencia sigue siendo la misma. Pero el club ha cambiado mucho, porque ha pasado por momentos difíciles: ley concursal, cambio de nombre, encierros. Este club puede mejorar mucho, debe hacerlo y para eso estamos trabajando. El Terrassa tiene mucho recorrido, tiene detrás una ciudad muy grande pero hay que removerla, agitarla. Nadie va a venir a darnos nada, por tanto tenemos que mover los sentimientos y hacer cosas diferentes. Este club debe representar a la ciudad, pero esa confianza hay que ganársela.
El cincuenta por ciento de la plantilla es de Terrassa. ¿Era un valor innegociable?
Totalmente. Además de que el presidente ya habló en esa dirección el día que presentó su proyecto, yo creo en esa línea. Pero nadie lo había hecho hasta ahora, no basta con decirlo sino que hay que hacerlo. Siempre se tiende a mirar a fuera cuando en casa tenemos futbolistas de mucho nivel. Pero con esto no basta, hay que potenciar el fútbol base para sacar jugadores de la casa. El primer equipo nos va a ayudar, porque si estamos en Segunda "B" la gente va a querer venir.
¿Es consciente de que todo el mundo les ha puesto la etiqueta de favoritos?
Hemos hecho un buen equipo, hemos dado un salto de calidad pero será la pelota la que decidirá. Hay muchos equipos que también se están reforzando bien. El papel de favorito no me asusta, venir aquí a luchar por quedar décimo no me motiva. Cuanto antes salgamos de Tercera mucho mejor.
¿Era precisa una revolución de este calado?
Pienso que sí. Cuando empiezas un proyecto debes partir de cero, sin dudas y con la gente que quieres. Hay que agradecer a los jugadores que consiguiesen la permanencia. Pero teníamos otras ideas.
¿Habían muchas heridas entre la plantilla y el presidente?
Hubo mucho desgaste. Es muy difícil lo que hicieron. Casi igual que perder diez partidos seguidos casi sin competir. Gente como Boniquet, Merchán y Grasa se echaron el equipo a la espalda y hay que reconocer ese trabajo.
La afición no comprendió la salida de Merchán.
Lo entiendo, porque es un buen futbolista. Pero en esa posición teníamos otras prioridades, como Raúl Torres y Fran Ochoa. Entendía que eran opciones mejores. Y no llegábamos a lo que pedía Merchán.
¿Alguien del club le sugirió que era mejor prescindir de él?
En absoluto. Es más, el presidente siempre ha querido que siguiese porque entiende que es un gran futbolista.
¿Hay tanto dinero en el Terrassa como parece?
Habría que ver el presupuesto del año pasado y el de este. Igual alguno se asustaba. Aquí hay mucha gente que ha apostado por jugar en el Terrassa, el primero yo. De lo que cobran algunos podrían sorprenderse.
A usted le pide el cuerpo jugar en el centro del campo.
Yo voy a jugar donde me diga el entrenador. Pero he jugado doce partidos en el Tenerife en el centro del campo y la experiencia me gustó. Pienso que puedo aportar mucho ahí, quiero disfrutar un poco del fútbol en estos últimos años. Y ahí se disfruta más.
¿Qué Terrassa de futuro quiere construir?
Debemos buscar la Segunda "A" a largo plazo. Hablar de eso ahora mismo suena a utopía. Hay que sentar unas buenas bases y crecer. Veremos a qué velocidad. Este club debe crecer en todos los ámbitos.
¿Hasta cuando tuvo dudas con Toni Rodríguez? ¿Hasta que habló con él?
Yo, desde la distancia, opiné sobre quien podìa ser el entrenador. Pero cuando acabó la Liga el club me dijo que se había decidido que Toni siguiera. No tengo nada que decir porque además hizo un gran trabajo y se lo merecía.
Pero usted quería a Mario Gibanel, todo el mundo lo sabe.
Esa era mi opción. Es como un hermano, veo el fútbol como él y la vida como él. Me hacía ilusión que viniese y entendía que era abrir una etapa interesante con una figura de su importancia en el Terrassa. Pero con Toni vamos de la mano en todo.
¿Le planteó esa posibilidad?
Sí, hablé con él. Le pregunté su disponibilidad. Él ama al Terrassa. Ya veremos si en el futuro trabajamos juntos o no. Es excepcional en lo personal y en el fútbol se está formando.