Las empresas no deben obviar el estrés laboral que producen a sus empleados. La Oficina Internacional del Trabajo (OIT) cuenta precisamente con la campaña "Estrés en el trabajo: un reto colectivo", promoviendo así la cultura de seguridad y salud ocupacional para mejorar la salud de los trabajadores.
El estrés es un conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas del organismo que se producen como consecuencia de una percepción de desequilibrio por parte del empleado, entre las demandas de su trabajo y su capacidad de hacerles frente. Es por tanto un estado de inequidad inducido por cómo el empleado vive, experimenta o percibe las demandas en su trabajo. Las condiciones de organización del trabajo de la propia empresa son las que originan la situación. Algunos ejemplos son: la excesiva carga de las tareas a realizar; la ambigüedad y conflicto de rol; la falta de participación de los trabajadores en la to-ma de decisiones y cómo realizar su trabajo; la gestión inadecuada de los cambios en la empresa; la inseguridad laboral; la comunicación ineficaz; falta de apoyo de compañeros o superiores; el acoso psicológico y sexual; violencia por parte de terceros, etcétera.
Ahora bien, estos factores que afectan al trabajador tienen también consecuencias para la empresa: aumentan el absentismo, el presentismo, los errores, los accidentes laborales, los conflictos interpersonales; disminuyen el rendimiento, la productividad, la confianza y calidad del servicio al cliente. Su coste para las empresas y la sociedad es considerable y se evalúa en miles de millones de euros.
Aunque en España el estrés laboral no se considera Enfermedad Profesional, sí se viene reconociendo como Accidente de Trabajo (artículo 115.2 Ley General de la Seguridad Social). De hecho, alrededor de la mitad de los trabajadores europeos considera el estrés como parte innata de su trabajo y sabemos que es la causa principal de casi la mitad de días de trabajo perdidos.
Gestionar y conseguir una organización libre de estrés es, además de un imperativo moral y una inversión para los empresarios, una obligación legal (artículo 16 LPRL). Hay que realizar y tener siempre actualizada la evaluación de riesgos laborales, incluidos los psicosociales. La evaluación de riesgos detecta las condiciones de organización del trabajo mejorables por departamentos y ha de revisarse siempre que se detecte un daño a la salud del empleado, con la periodicidad que acuerde la empresa con los representantes de los trabajadores. La sanción por no hacerlo oscila entre 1.500 euros en su grado mínimo y 30.000 euros en grado máximo.
El contexto laboral y la cultura organizacional son las principales fuentes de estrés en el trabajo: problemas de comunicación, bajos niveles de apoyo, falta de objetivos profesionales, ambigüedad y conflicto de rol, falta de integración, una mejorable relación con y entre todos los estamentos de la empresa, horarios de trabajo poco flexibles, trabajo por turnos, monótono, con poca autonomía, una deficiente infraestructura del lugar de trabajo, con mala iluminación, temperaturas incómodas, ruidos, espacios inadecuados, etcétera.
Las empresas deben ser capaces de identificar los primeros síntomas del estrés y actuar para prevenir su generalización. En la normativa española no existe a día de hoy ningún método oficial de evaluación de riesgos psicosociales de uso obligatorio. No obstante, el mejor método es la combinación de dos: el cuantitativo (cuestionarios autoadministrados anónimos y confidenciales) con el cualitativo (focus group, grupos discusión y entrevistas) de discusión de los resultados obtenidos.
Una gestión organizativa, basada en una fuerte cultura de la salud y la seguridad, ayuda a las empresas a reducir costes y promover una fuerza de trabajo más feliz y productiva. Ser una organización saludable, con una efectiva integración de la cultura preventiva, es uno de los aspectos que están marcando la diferencia competitiva en aquellas organizaciones que realmente apuestan por fomentar la salud de sus trabajadores. Si la empresa pasa a considerar el estrés como un problema organizacional en lugar de individual, los riesgos psicosociales y el estrés se podrán gestionar como cualquier otro riesgo para la salud y seguridad laboral.
El futuro y mejora de la gestión de la salud laboral en las organizaciones pasa irremediablemente por la investigación aplicada con un enfoque holístico de la salud y no el mero seguimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Ser una organización saludable, con una efectiva integración de la cultura preventiva, y conseguir el bienestar y felicidad laboral son aspectos que están marcando la diferencia competitiva en aquellas organizaciones que realmente apuestan por fomentar la salud de sus trabajadores.
La autora es HR Performance Consultant en Ayming