Terrassa

Tarde de circo en la Festa Major

“Este año hemos querido rendir homenaje a los grupos de cultura popular, con su participación, y todos los que hacen posible la Festa Major. Y como estamos ya en el cierre, explicamos muchas cosas de esta Festa Major”, comentaron a este diario Albert Ubach y Enric Petit, de la Associació de Circ Tub d’Assaig 7.70, minutos antes del inicio de “Ara toca circ”, el espectáculo del martes de este año, en una Plaça Vella repleta de espectadores.

El Capgròs de l’Any en el balcón
Y así fue. Para empezar, el sexteto musical, De Mortimers, abrió con un pupurri de canciones de José Luis Perales alternadas con “Festa major” de La Trinca. “Esto está muy bien. Ya estamos hartos de carrozas, modernillos, voces desafinadas y el tal Pedrales” dijo nada más llegar Savanni, el payaso y presentador, para dar paso al primer artista de este espectáculo de una hora y media de duración: la canadiense Stephanie Bouchard.

Tras las acrobacias de Bouchard en el cable, Savanni invitó al público a mirar al balcón del segundo piso del número siete de la PlaçaVella (sobre la juguetería). Allí estaba el Capgròs de l’Any, de Mireia Gabaldà, que saludó y recibió los aplausos. “Y si levantamos un poco más la cabeza, veremos a los Diables de Terrassa.” Efectivamente, en la azotea del mismo edificio, estaban media docena de miembros de Diables, que gesticulaban y lanzaban fuego con sus horcas.

Mirándoles, no nos habíamos dado cuenta que al escenario habían subido ocho integrantes de Bastoners de Terrassa, que ya bailaban. De la parte posterior, surgieron Minyons y Castellers, seguidos por el Drac de Terrassa. Mientras malvas y blauturquesas hacían un pilar, la bestia realizó un baile.

La cultura popular se fue, y quedó en el escenario un hombre con una gran barba. Subía una chica. Eran la compañía Valuska, que hicieron números de pequeña báscula y equilibrios acrobáticos con sus cuerpos. Espectaculares fueron aquellos en los que la chica se puso en vertical sosteniéndose con las plasmas de las manos del hombre, o con los dos pies sobre la cabeza, primero solo con los cuerpos, después con la báscula y por los aires.

Carreras de camareros
“¿Qué sería de la Festa Major sin su infinidad de actos deportivos?”, se preguntó Savanni. “El que más me gusta de todos es la carrera de camareros. Es impresionante. ¿Hay aquí algún camarero? ¿O algún voluntario?”, preguntó.Pues sí. Salieron dos, y el presentador pidió aplausos “para estos involuntarios. Para los que no pudisteis veir la carrera de camareros, os haremos ahora una pequeña muestra”.

Y de un lado a otro del escenario, llevando una bandeja con una botella y un vaso, los dos camareros o voluntarios hicieron una carrera. Y una segunda “a cámara lenta”, muy lograda, que daba esa sensación.

Pero Savanni anunció seguidamente a los próximos artistas, el Circ Los, con “un número que desafía y gana todas las leyes de la gravedad”, y, ei!, aparecieron esos mismos “involutarios”, ahora haciendo malabares y acrobacías que recibiríaan grandes aplausos.

El propio Savanni protagonizaría el siguiente número, de “magia clásica”. Grito “!Que entre la bestia!”, y le trajeron una gran jaula cubierta con un lienzo negro. Cuando lo retiró, había un palomo blanco en su interior. “Se llama Jordi, como el abuelo de toda Catalunya, pero no temais, no tiene cuentas en Andorra, lo tiene todo invertido en acciones de Bankia. Es el primer palomo mágico de Catalunya. Hace magia todo solo.” Puso dos bolsas, una vacía y otro con el palomo, y ésta la piso y dobló, y luego vio lo que había hecho. “Hoy haremos arroz con palomo. Jordi ha pasado a mejor vida”. Pero luego cogió la bolsa inicialmenta vacía, y la magia le acompañó: de ahí extrajo a Jordi vivito y coleando. Aún habría más. Lo puso en un “saquito de dormir”, y al agitarlo no salió el pájaro, sino un montón de plumas.

Uno de los De Mortimers, el grupo musical, comenzó una perorata en inglés, y acabaron tres de los músicos en calzoncillos, para grandes risotadas del público.

Reapareció Savanni, montado en una extravagante bicicleta. “!Paso! Que me voy a la carrera de andróninas”. Volvieron a actuar los del Circ Los. La gala la cerraría, sobre las nueve de la noche, La Femme Fatale (¿o era L’ha fem fatal?), un dúo de trapecio doble que realizó acrobacias sobrecogedoras en la gran estructura del centro.

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