Terrassa

Fue infernal

Infernal, vibrante, cooperativa y más creativa que nunca. Los grupos de fuego han vuelto a marcar la diferencia esta Festa Major, inundando de pólvora y percusión las calles de la ciudad y demostrando que, además de cumplir con lo que se espera de una excelente exhibición de pirotecnia, las collas están dispuestas a renovar la fiesta con propuestas atrevidas e innovadoras. La agenda arrancó el viernes con un Raval Infernal que rindió homenaje a los 35 años del Drac de Terrassa, a hombros del cap de colla, Francesc Salazar, que suma los mismos 35 años que la bestia como miembro de la entidad. El Drac antiguo regresó al Raval para protagonizar la "encesa" y la "passejada" de honor. Dio así paso a un delirio de fuego en el que tomaron parte las collas locales del Drac de Terrassa y Diables de Terrassa, el Drac Baluk Astharot de Ca N’Aurell, la colla de Diables Balrogs y como invitadas la Víbra de Tarragona y los Diables de Cornellà. Cien kilos de pólvora quemaron el viernes en un Raval que fue más infernal que nunca y participativo como pocas veces. El bestiario regresó a las calles el sábado por la tarde con el tradicional Correfoc. Desde la plaza del Compte Gifré, hasta el encuentro de fuego en la plaza del Progrés, las collas recorrieron las calles del centro de la ciudad al ritmo de sonoras batucadas. El plato fuerte de la fiesta, sin embargo, se vivió el domingo por la tarde en la plaza de Ricard Camí, donde la colla del Bitxo del Torrent Mitger, con la colaboración del Drac Baluk Astharot y los Diables de Ca N’Aurell, presentó su adaptación de un clásico de la literatura universal: "Shakespeare in foc". En manos del Bitxo, la obra fue un canto antibelicista, un espectacular montaje de fuego para denunciar los conflictos que enfrentan a los adultos, ante la mirada atónita de una infancia que sufre las consecuencias. Sobre la plaza de Ricard Camí dos dinastías de fieras y demonios sellaron a fuego la vileza de su enfrentamiento, mientras Shakespeare se lamentaba, impotente, del dramático espectáculo. La sobrecogedora batalla de luz y pirotecnia culminó entrada la noche con la muerte de los pequeños diablos, entregados a sus juegos, ignorantes de la ruindad que enfrentaba a los adultos. Pero nada es verdad ni mentira en el universo del bestiari, que el Bitxo ha decidido con buen criterio acercar al público con nuevas propuestas escénicas. El montaje concluyó, ante el aplauso entusiasta del público, con un giro argumental que redimió a las dinastías de su fatídico error. Shakespeate despertó uno a uno a los pequeños demonios, que se fundieron con las bestias y sus ordas de diablos en un delirio antibelicista de fiesta y fuego.

To Top