El Plan de Movilidad Urbana 2016-2021 salió adelante el jueves con los votos de todos los grupos, excepto PP y C’s, que votaron en contra. El nuevo documento aboga por una movilidad más sostenible fomentando el transporte público, los desplazamientos a pie y en bicicleta, en detrimento del vehículo privado. De hecho, el objetivo es reducir el uso del coche en un 12%.
Terrassa en Comú apoyó finalmente el texto después de que el bipartito incorporase sus enmiendas al documento, dirigidas, principalmente, a evitar que los vehículos que pretenden expulsarse del centro generen problemas de congestión en los barrios adyacentes.
A pesar de que ERC-MEs subrayó las "contradicciones" del bipartito en políticas de movilidad, apoyó el documento instando al Ejecutivo a que sea "tan valiente en los hechos, como son las palabras del plan". Desde la CUP, Maria Sirvent también reclamó "rigor" para que se aplique aquello que se aprueba, pero respaldó el texto porque incorpora "medidas positivas". CiU se unió al consenso generalizado, aunque el PP le recordó que cuando estaba en la oposición defendía un modelo de movilidad muy distinto.
El vehículo privado
El portavoz popular, Álex Rodríguez, rechazó el plan porque "culpa" al coche "de todos los males" de Terrassa. Criticó "la manía" de convertir Terrassa "en una ciudad que no es". No es Ámsterdam, dijo, en alusión a la creación de carriles bici que proyecta el plan de movilidad. C’s se mostró en contra porque en lugar de un plan de movilidad, lo que se aprobó el jueves fue un "plan de mantenimiento urbano para arreglar aceras" y un plan que no fija actuaciones concretas, sino estudios de esas posibles medidas.