Hay otro foco, comunicó un policía municipal a su sala de comunicaciones desde Can Bonvilar. Era el segundo núcleo de incendio en la zona en un intervalo de una hora, en la tarde-noche del miércoles. Luego hubo un tercero, ya ayer de madrugada. En total ardieron unos 1.400 metros cuadrados de matorral y árboles.
La periferia boscosa de Terrassa es un secarral. Un polvorín. A las 8.40 de la tarde del miércoles, tanto el sistema de emergencias 112 como varios testigos informaron a la Policía Municipal de un incendio localizado en Can Bonvilar y los agentes que se desplazaron a ese sector encontraron el fuego en un camino que salía de la partida de Mossèn Homs. Cuatro dotaciones de Bombers se dirigieron a la zona. También una ambulancia y agentes rurales.
Dos más
A las 9.40, cuando quedaban allí integrantes del operativo de extinción, surgió otro foco de incendio a unos doscientos metros del perímetro quemado antes. Quedaban pocas dudas sobre la intencionalidad de aquellos fuegos que habían devastado unos ochocientos metros cuadrados de matojos, sotobosque y algunos árboles. Bomberos y policías tuvieron que volver al mismo sector unas horas después, a las cuatro de la madrugada de ayer, pues a poca distancia de la zona arrasada se había declarado un tercer incendio. Hasta cinco dotaciones de Bombers fueron movilizadas para sofocar las llamas en una intervención que duró casi cuatro horas, debido a las complicaciones de una actuación nocturna, con poca visibilidad.
El área quemada, según Bombers, rondó los quinientos metros cuadrados. Otro fuego quemó ayer al mediodía cien metros de arbustos en Can Carbonell.