Ni el calor ni la playa ni los tres días de asueto que muchos terrassenses tuvieron debido a la festividad de Sant Joan pudieron con las ganas de pasarlo bien en el barrio de Ègara, que este último fin de semana vivió su fiesta mayor. Empezó, como es tradición, con la verbena de Sant Joan. Esta vez hubo un cambio de orquesta, y fue la llamada Sabor Sabor, la que hizo bailar a los complacidos vecinos.
Del viernes destacó la participación en la cena al aire libre. Y del sábado, la paella popular con la que comieron unas 250 personas. Acto seguido hubo una divertida fiesta de la espuma. No solo se remojaron los niños, sino también muchos jóvenes y adultos que quisieron vencer al impetuoso sol.
Para empezar el domingo hubo una novedad, como fue la exhibición canina del Club Agility Les Fonts. Después, al mediodía, en la plaza de la Immaculada, se celebró la tradicional misa "rociera", que congregó a numeroso público. Al finalizar, la A VV de Ègara, la entidad organizadora de las fiestas, preparó un aperitivo para los asistentes que no tardó en esfumarse de la mesa. Ya a las diez de la noche (una noche electoral, por cierto) hubo habaneras interpretadas por el grupo Mar de Fons.
