El fraude y la evasión fiscal cuestan a cada contribuyente una media de 2.000 euros más al año en impuestos, al tiempo que suponen un agujero en la recaudación de las arcas públicas, según han recalcado los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha).
En un comunicado, con motivo de las próximas elecciones generales del 26 de junio, Gestha ha recordado que "la factura del fraude la pagan los ciudadanos que cumplen con sus obligaciones tributarias", por lo que ha pedido al nuevo Gobierno que salga de las urnas que ponga en marcha un plan integral que permita reducir la economía sumergida, la cual asciende al 24,6% del PIB según sus cálculos. Asimismo, afirmó que debido a estas prácticas, unidas a los efectos de la crisis económica, desde 2008 se ha perdido una recaudación fiscal de más de 253 millones de euros acumulados.
En concreto, Gestha señaló que esta pérdida se ha notado especialmente en el impuesto de Sociedades, que entre 2007 y 2014 bajó un 58,2%, mientras que las grandes multinacionales tributan en la actualidad a un tipo medio efectivo de alrededor del 6%, cuando el resto de empresas lo hace al 15%.