La CUP ha empleado hoy un tono conciliador con una llamada a “rehacer puentes”, pero el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se ha mostrado poco receptivo y ha reprochado a los antisistema haberlos “dinamitado”, al tiempo que ha garantizado que en septiembre no variará la hoja de ruta.
Tras la ruptura del acuerdo de legislatura entre la CUP y Junts pel Sí (CDC y ERC), Puigdemont se ha visto de nuevo las caras con los cuperos en la sesión de control del Parlament sin visos de reconciliación, mientras ha escuchado del resto de la oposición la petición de que aproveche la cuestión de confianza del septiembre para cambiar una hoja de ruta secesionista que da por finiquitada.
El día después del veto de la CUP a los Presupuestos que desencadenó la crisis en el bloque soberanista, la diputada ‘cupera’ Mireia Boya ha empleado un tono conciliador y, con la petición de “rehacer los puentes que se hayan roto”, ha indicado que el desencuentro puede servir para “reafirmar una hoja de ruta compartida” a partir de la “ruptura” con el Estado.
Así, ha animado a Puigdemont a que siga con el proceso sin renunciar a un “referendo unilateral” y ha avisado del riesgo de generar expectativas sobre un posible referendo pactado con el Estado tras el 26J que ve poco probable,
El presidente catalán ha respondido a la CUP que “los mejores puentes son aquellos que no se dinamitan” y ha negado que haga “juegos tácticos” con el posible resultado de las elecciones del 26J, porque la agenda catalana está “emancipada” de lo que suceda en el Estado y responde a lo que decide el Parlament.
Pero Puigdemont ha apuntado que estará abierto a escuchar propuestas de referendo desde el Estado, aunque tenga “pocas expectativas” de que suceda este escenario.
Ante las demandas del resto de la oposición para que aproveche la cuestión de confianza de septiembre para modificar la hoja de ruta soberanista, el presidente catalán ha afirmado que no habrá “demasiadas sorpresas” porque el planteamiento, ha dicho, “no diferirá” del que ya le llevó a ser investido president hace medio año, sin ofrecer más detalles.
El presidente catalán ha negado la acusación de la oposición de que la cuestión de confianza sea un “juego táctico” para ganar tiempo en la refundación de CDC, sino que responde a que hay elecciones generales en junio, por lo que después del verano es, a su juicio, el mejor momento para hacer un debate “sereno”.
Ha indicado, asimismo, que cuando se sustancie la moción en septiembre se podrá “hablar de todo”, aunque a diferencia de su sesión de investidura “no vendrá precedido de un acuerdo previo” con la CUP.
La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, ha pedido a Puigdemont que reconozca que se “equivocó” en su hoja de ruta, para la que no tienen mayoría social ni parlamentaria”, por lo que le ha exhortado a aprovechar la cuestión de confianza y dé un giro: “Vuelvan al sentido común, donde sí está la mayoría social y parlamentaria”.
El líder del grupo del PPC, Xavier García Albiol, ha criticado que la cuestión de confianza se haga en “diferido” en lugar de celebrarse de inmediato y la ha enmarcado en el “circo” de un proceso soberanista que “ha muerto”.
Por su parte, el líder del PSC, Miquel Iceta, que ha señalado a Puigdemont como principal responsable de la “derrota” de ayer al no recabar apoyos para los Presupuestos, le ha preguntado si la cuestión de confianza es un mecanismo para “ganar tiempo” o si, en cambio, la aprovechará para “cambiar el rumbo mirando al conjunto del país”.
El presidente de Catalunya Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, ha avanzado a Puidemont que podría haber vías de entendimiento si aprovecha la cuestión de confianza para dar un cambio de orientación que contenga un “importante giro social” y la recuperación de la “mayoría social del derecho a decidir”, al tiempo que ha advertido de la actual hoja de ruta es “inviable”.