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La contaminación aumentó y el 99% de la población respiró aire nocivo

La contaminación atmosférica aumentó en España en 2015, por primera vez tras siete años de descensos, desde que comenzó la crisis económica en 2008, y cerca de 46 millones de personas (el 99 % de la población) respiró aire nocivo según los niveles establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así lo pone de manifiesto el Informe Estatal de Calidad del Aire en 2015 presentado hoy por la ONG Ecologistas en Acción, que desde hace diez años hace un balance y análisis anual de los datos de contaminación recogidos por las 703 estaciones de medición existentes en todo el territorio nacional.
Su balance del pasado año indica que España registró un aumento generalizado en los niveles de los cuatro contaminantes atmosféricos más comunes: partículas en suspensión (PM 10 y PM 2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2).
Asimismo, se superaron, por segunda vez, los niveles en un hidrocarburo cancerígeno que se produce por la combustión de biomasa o derivados del petróleo: el benzopireno, que registró niveles por encima de los límites tolerables para la salud en la zona industrial de Vic (Cataluña).
El equipo de 20 especialistas en calidad del aire de Ecologistas en Acción analiza los niveles de los contaminantes respecto a los límites legales establecidos en la legislación española, y los recomendados por la OMS, que son “los más rigurosos y los que realmente garantizan la preservación de la salud”, afirma Miguel Ceballos, coordinador del informe.
Por contaminantes, el ozono troposférico fue el más extendido en España y el que más afectó a la población (39 millones de personas respiraron niveles altos según el límite de la OMS), lo que Ceballos achacó al incremento de las temperaturas medias y de las olas de calor en verano.
Los niveles de ese contaminante, que “causa 1.800 muertes prematuras” en España, empeoraron en todas las regiones salvo en la cornisa cantábrica y las Islas Canarias.
El dióxido de nitrógeno, procedente principalmente de la combustión de los coches y causante de 7.000 muertes prematuras, empeoró notablemente en grandes zonas urbanas como Barcelona, Valencia, Murcia, Granada, Córdoba y Madrid.
El dióxido de azufre, producido por las centrales térmicas de carbón y por las refinerías, aumentó en Galicia, Asturias, el norte de Castilla y León y Córdoba.
Mientras que la contaminación por partículas en suspensión, que cada año causa 25.500 muertes prematuras, empeoró notablemente en la mitad sur peninsular, la cuenca central asturiana y el norte de Galicia.
Al margen de la coyuntura meteorológica, los ecologistas consideran que el empeoramiento de la contaminación se debió a un repunte del tráfico por carretera (el consumo de combustibles de automoción en 2015 fue superior al de los tres años anteriores), o el fraude en los sistemas de certificación de las emisiones de los automóviles (conocido a partir del escándalo Volkswagen).
Además, lo achacan al aumento de la producción eléctrica en centrales térmicas de carbón, petróleo y gas, “a costa de las energías renovables”, subraya Ceballos.
Según datos de la OMS y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 32.000 millones de euros al año, un 2,8% del PIB español, sin considerar las partidas por daños causados a dos tercios de la superficie cultivada afectada también por la mala calidad del aire y a los ecosistemas naturales.
Juan Bárcena, portavoz de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción, recuerda que España tiene abierto un procedimiento de infracción en Europa desde 2009 por el incumplimiento de la normativa sobre partículas PM10, que está a punto de llegar al Tribunal de Justicia Europeo, y que en 2015, la Comisión abrió un nuevo expediente por los niveles de dióxido de nitrógeno.
Los ecologistas han criticado también “la falta de transparencia” de las administraciones públicas al informar a la población, “como se ha demostrado con el incendio de Seseña”, y han subrayado que sólo una Comunidad Autónoma (Murcia) cuenta con un Plan de Calidad del Aire.
Desde Ecologistas recuerdan que las principales vías de actuación para reducir la contaminación del aire son la disminución del tráfico motorizado, la potenciación del transporte público y el uso de la bicicleta, la adopción de mejores técnicas industriales disponibles y la reducción drástica de la generación eléctrica por centrales térmicas, en particular las de carbón.

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