Hace unos meses se anunció la entrada de la ciudad de Terrassa como única ciudad española seleccionada en calidad de ciudad piloto del programa europeo Agenda 21de la Cultura. Junto con Terrassa, forman parte del programa europeo las ciudades de Gabrovo (Bulgaria), Galway (Irlanda), Izmir (Turquía), Lisboa (Portugal), ?ódz (Polonia), Maastricht (Limburgo, Países Bajos), Namur (Valonia, Bélgica), Pécs (Hungría), Swansea (Gales, Reino Unido) y Timisoara (Rumania.)
Cinco son los objetivos del programa, que van desde “promover una mayor comprensión local e internacional de la relación entre la cultura y el desarrollo sostenible local en las ciudades participantes” hasta “dar una gran visibilidad a las ciudades participantes y a sus políticas y programas en los debates globales sobre el papel de la cultura en el desarrollo sostenible”, pasando por el acompañamiento de “los intercambios, la evaluación, el aprendizaje mutuo y la capacitación entre ciudades interesadas en la relación entre cultura y desarrollo sostenible”, explican los precursores de esta idea.
El programa consta de cinco fases y Terrassa se encuentra al final de la primera de ellas, el “Análisis del contexto local y diagnóstico inicial.” Para ello, el Ayuntamiento ha convocado esta semana a cerca de cuarenta agentes culturales que han participado en los talleres organizados para analizar, a lo largo de tres días, “la situación actual de las políticas culturales locales, para formular propuestas de mejora”, se explica.
Durante tres días se ha analizado la situación actual de las políticas culturales locales, desde diferentes puntos de vista. Estas sesiones de autoevaluación han tenido lugar en la cúpula del Teatre Principal, y servirán además para determinar “cuál es la situación actual de las políticas culturales en Terrassa.”
Creación de sinergias
El concejal de Cultura, Jordi Flores, abrió el pasado lunes estas sesiones en las que se han abordado temas como los derechos culturales o la relación de la cultura con otros ámbitos como la educación, el medio ambiente, la economía, la inclusión social, la planificación urbana y el espacio público o el conocimiento.
Jordi Flores señala que “es un honor” formar parte de este programa que “nos sitúa en el mapa cultural europeo”, y ofrece la oportunidad de “crear sinergias con otras ciudades muy interesantes culturalmente, con diferentes estilos de ver la cultura.”.
Flores no ha estado presente en todas las sesiones para que “los agentes culturales pudieran expresarse con total libertad.” Estaban convocados a estos talleres artistas y programadores culturales, representantes de centros educativos (como la UPC, la Escac o el CEM) y de diversas entidades culturales…
Tras este proceso de análisis y reflexión compartida, “el objetivo es formular nuevas propuestas de mejora basadas en la detección de necesidades y potencialidades, así como de experiencias positivas que se puedan difundir o generalizar”, se explica. El próximo lunes se reuunirá un equipo director y técnico para valorar los tres días de talleres y se propondrá un equipo que elabore el plan de trabajo, la siguiente fase del proyecto.
Asimismo, Jordi Flores viajará lo próximos 7 y 8 de junio a la ciudad sueca de Malmö, “el municipio que lidera este programa en Europa”, para seguir con la tarea de valorar el trabajo cultural en otras ciudades y compartir los detalles del mapa cultural de nuestra ciudad.
La vocación de todo este proyecto es además apostar “por establecer las bases de un compromiso de las ciudades y de los gobiernos locales para el desarrollo cultural”, con especial atención a los derechos humanos, la sostenibilidad, la democracia participativa o la diversidad cultural .