La Generalitat prohibirá por ley a todos los comercios dar gratuitamente bolsas de plástico de un solo uso a sus clientes, una medida que se enmarca en el pacto firmado por el gobierno catalán, los fabricantes y el sector comercial para reducir en 2020 en un 90 % el consumo de estos productos.
A través del proyecto de ley de medidas fiscales, administrativas, financieras y del sector público, conocida como ley de acompañamiento a los presupuestos, el Govern ha modificado la normativa de residuos para vetar explícitamente la entrega gratuita de bolsas de plástico tanto en las tiendas como en el reparto a domicilio.
En su dictamen, el Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (CTESC) valora que esta medida “puede contribuir a avanzar hacia objetivos medioambientales”, que es la meta última de la misma.
Fuentes de la conselleria de Territorio y Sostenibilidad han explicado a Efe que gran parte del sector comercial hace ya tiempo que cobra a sus clientes por las bolsas, una práctica que está más extendida en los grandes establecimientos, como supermercados o centros comerciales, pero que ha tenido más reticencias en el pequeño comercio.
El objetivo inicial de la Generalitat era aplicar este cambio legislativo en enero de 2016, pero las dificultades para formar gobierno en Cataluña -las elecciones fueron en septiembre de 2015 y no se alcanzó un acuerdo de gobierno hasta mediados de enero de este año- han retrasado su aprobación.
El origen de esta medida está en el Pacto por la Bolsa que firmaron por primera vez en el año 2009 la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), los fabricantes de bolsas de plástico y las diferentes asociaciones de la distribución comercial y que precisamente se reeditó la semana pasada.
De esta manera, las partes implicadas reafirman su compromiso de seguir avanzando en la prevención de este tipo de residuo y establecen un marco de diálogo y seguimiento para valorar los avances conseguidos.
Cataluña es una de las comunidades que más pasos ha dado en los últimos años a favor de la disminución del uso de bolsas de plástico de un solo uso en el comercio, al pasar de un consumo de 327 unidades anuales por cápita en el año 2007 a 156 en el 2012.
El objetivo para 2020 es reducir un 90 % el consumo de bolsas comerciales con asas de un solo uno.
Hasta ahora, el sector comercial había asumido voluntariamente este compromiso, pero ahora será la ley -una vez se aprueben los Presupuestos de la Generalitat- la que obligará a todo el comercio, incluido el pequeño, a cobrar por cada bolsa plástica.
Del Pacto por la Bolsa forman parte organizaciones comerciales como Pimec, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), la Confederación Española de Comercio (CEC), la Confederación de Comercio de Cataluña (CCC), el Consejo de Empresas Distribuidoras de Alimentación de Cataluña (CEDAC) o la Asociación de Cadenas españolas de Supermercados (ACES), entre otras.
Las bolsas de plástico de un solo uso, además de consumir importantes recursos en la fase de producción, comportan otros impactos sobre el medio ambiente.
Como son fácilmente transportables peso por el viento por su poco, las bolsas pueden llegar a ser consumidas por los animales, obstruir cañerías o llegar al mar, con las graves consecuencias que ello comporta para los ecosistemas marinos, ya que además tardan decenas de años en degradarse.
Según la Generalitat, se calcula que en el fondo del Mediterráneo hay unos 250.000 millones de pequeñas piezas de plástico y 500 toneladas adicionales de residuos de plástico flotando por la superficie.