Adele, la gran diva del momento, llega mañana a Barcelona, donde ofrecerá los dos únicos conciertos en España de la gira mundial de presentación del disco “25”, cinco años después de su anterior visita y con todas las entradas vendidas en cinco horas.
En estos cinco años han pasado muchas cosas en la vida y en la carrera de Adele, que en 2011 actuó en la Sala Bikini de Barcelona ante unas 700 personas y ahora lo hará en el Palau Sant Jordi dos noches consecutivas y reunirá a un total de 36.000 espectadores.
Treinta y seis mil entradas que volaron en sólo cinco horas, cuando salieron a la venta el pasado 3 de diciembre; los pases para el primer concierto, el día 24 de mayo, se agotaron en una hora, por lo que la promotora del concierto señaló ese mismo día una segunda fecha en el mismo recinto, que se llenó en cuatro horas.
La expectación es grande y muy comprensible, porque Adele se ha convertido en poco tiempo en una de las estrellas más brillantes del firmamento musical.
Pero esa no es la única causa: también hay que tener en cuenta que la artista se ha hecho esperar y ha tardado cuatro años en sacar nuevo disco, tras el apabullante éxito de su anterior trabajo “21”, en el que se incluía el tema “Rolling in the deep”.
Además, es conocido el pánico escénico que sufre Adele, que, sumado a su reciente maternidad, hizo temer a muchos que decidiera no presentar el disco en gira mundial.
Finalmente, se ha lanzado a la carretera y mañana llega a Barcelona, donde 36.000 personas podrán disfrutar de su poderosa voz, tras pagar entre 60 y 120 euros en las plataformas de venta legal o bastante más en la reventa.
Adele aterrizará procedente de Lisboa, tras 36 conciertos en Europa, la mayoría en Gran Bretaña; y todavía le esperan las paradas de Italia, Holanda, Francia, Bélgica y Norteamérica.
A lo largo de estos conciertos, la británica ha demostrado entrega y pasión en las interpretaciones de las canciones con las que ha escalado a los primeros puestos de las listas de venta.
El tema “Hello”, de su último trabajo, es el que ha abierto los últimos recitales, en los que también ha interpretado canciones de discos anteriores, como “Someone like you” o “Rolling in the deep”.
Además de la indiscutible calidad musical de sus conciertos y de sus baladas con aires de jazz y “soul”, la británica también ha dado de qué hablar durante esta gira por los muchos gestos que ha tenido con los seguidores.
En un concierto, Adele invitó a subir al escenario a una pareja que acababa de prometerse en matrimonio, en otro cantó con una niña autista de 12 años que vio hecho realidad su mayor deseo, y en Bélgica dedicó una canción a las víctimas del terrorismo.
