Una plaza recoleta que convirtió en su hogar sin techo, una mesa y varios sillones como todo mobiliario y un altar. Se hizo un altar con un ídolo segado, una estatua de jardín decapitada. Unos operarios de Eco-equip desmontaron el jueves, con el apoyo de la Policía Municipal, el campamento dispuesto días por un indigente en la plaza de Can Gorgs, en Ègara.
Vecinos de la zona habían alertado al Ayuntamiento de la acampada del vagabundo, un hombre de unos 40 años, español, indocumentado, que se ataviaba con la ropa que hallaba en contenedores y que, según testigos, en ocasiones mostraba cierta exaltación. Por la plaza recóndita no transita mucha gente, pero en los últimos días el paso ya era exiguo, acaso por prevención. Los transeúntes que atravesaban la plaza, algunos para acudir a dependencias de la iglesia de Sant Llorenç, veían al huésped de aire libre, veían sus enseres, veían aquella suerte de altar con la escultura descabezada y, si se fijaban, podían leer junto a la estatuilla un letrero que rezaba "No tocar, ayuntamiento de Terrassa".
El indigente no quería marcharse cuando llegaron los trabajadores de Eco-equip comisionados para limpiar la plaza, pero al final se avino. Allí acudieron también agentes de la Policía Municipal. El hombre se marchó, pero se llevó los sillones para instalarse en otro sitio.