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“La política de crear puestos de trabajo baratos es un suicidio”

El economista Miquel Puig presentó recientemente en el Centre Cultural, en un acto organizado por Terrassa per la Indepèndencia (ANC), su libro "Un bon país no és un país ‘low cost’. Una proposta contra la indecència». Puig elabora un ensayo del que se podría extraer esta síntesis: un país decente es el que paga salarios decentes. No es el caso de Catalunya ni el de España. Este economista sostiene que promover el empleo precario y mal remunerado genera trabajadores pobres, que pagan pocos impuestos, lo que va en contra del estado del bienestar. Miquel Puig apuesta por elevar el salario mínimo para que los trabajadores paguen los servicios que reciben y que el sistema, por tanto, sea sostenible.

¿Un país low cost?
Un país con salarios bajos no es un buen país. Los partidos que han liderado España, Partido Popular, PSOE y también CiU, que en muchas ocasiones ha sido necesaria, han tenido como prioridad sistemática crear muchos puestos de trabajo y el mecanismo ha sido hacerlo de forma barata. Y esto nos condena a dos cosas. Por un lado, a ser un país poco productivo, y por tanto, poco próspero, y también muy desigual socialmente. Y consecuentemente, menos justo.

Habla de que hay demasiados pobres en España.
A diferencia de otros países del otro lado de los Pirineos, tenemos una proporción muy elevada de puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados. Es el triple de cualquiera de esos países. Tenemos demasiados pobres porque hay mucha gente que no trabaja y también porque hay demasiadas personas que trabajando ganan demasiado poco. Y esto sí que es muy específico nuestro. Es una decisión nuestra y un grandísimo error por nuestra parte.

¿Más sueldo para todos?
No digo que deban de subir todos los salarios, sino los de la gente que gana muy poco. Y entre otras cosas porque esto es un contrasentido.

¿Por qué?
El Estado ya tiene suficiente trabajo para ayudar a los que no tienen empleo, ya que sea porque están en el paro, enfermos o son mayores. No puede ayudar, además, a los que trabajan. Estos tienen que ganar un sueldo digno, y esto quiere decir que les permita vivir sin el apoyo del Estado.

¿Un trabajador pobre es sinónimo de coste?
El concepto de trabajador pobre, que es de lo que va este libro, es realmente un monumental engaño porque es una persona que no paga impuestos pero, en cambio, tiene derecho a la sanidad pública, la enseñanza y a prestaciones. Por tanto, esta política de crear tantos puestos de trabajo baratos es un suicidio a largo plazo, sin lugar a dudas. Estas personas irán envejeciendo y cuando mueran no habrán pagado prácticamente nada en impuestos y, en cambio, cuestan dinero. Es decir, es incompatible crear este tipo de puestos de trabajo con el mantenimiento del estado del bienestar.

Pero el paro baja.
Esta política realmente no combate el paro, que siempre es más o menos el mismo. Este tipo de puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados se obtienen de las escuelas, y por eso, somos campeones en Europa en abandono escolar prematuro. Pero con esto no hay suficiente. Hay que recordar que somos un país con muy poca natalidad. Por esto mismo, la inmensa mayoría de estos empleos son ocupados por inmigrantes.

Pero la inmigración es necesaria
Necesitamos inmigrantes pero que ganen lo suficiente como para mantenerse ellos y el estado del bienestar. Si no, estamos haciendo trampas.

Habla de sociedades más decentes.
Sí, hablo de dos sociedades. Y una de ellas es más prospera y equitativa que la otra, y lo es, si produce más y reparte mejor.

¿España es decente?
En este sentido, hay una serie de países que no son tan decentes como España, curiosamente son todos los latinoamericanos y sólo los latinoamericanos. Paradójicamente, sólo estos son menos productivos y menos equitativos que España. Pero nos interesan los que son más productivos y equitativos, que son fundamentalmente Europa al norte de los Pirineos, Canadá, Nueva Zelanda y Australia.

¿Y cómo lo consiguen?
Lo hace aplicando tres fórmulas. Las dos primeras, las conoce todo el mundo. Primero, tienen gobiernos e instituciones más íntegros, y segundo, se mira en el largo plazo. Todos estos países reúnen una tercera característica, que es la que pasa desapercibida; todos ellos tiene una política u otra para evitar los puestos de trabajo poco cualificados y mal remunerados.

¿Cuáles son?
Unos tienen un salario mínimo muy alto, otros poseen un sistema de concertación sindical fuerte que hace que los sindicatos pacten con las patronales unos ingresos mínimos, y otros desarrollan una política de inmigración muy selectiva contra las personas poco cualificadas. Todos los países más productivos y más equitativos practican una o varias de estas medidas.

¿Qué medida se utiliza más?
Los países liberales, de impuestos bajos, normalmente tienen un salario mínimo muy alto. Los países más socialdemócratas, con impuestos muy altos, se dotan de sindicatos muy fuertes, y la inmigración selectiva la llevan a cabo los que pueden….

España no está por la labor
No seguimos ninguna de estas tres políticas. Es más, con la última reforma laboral se ha restado poder de negociación a los sindicatos. Y por esto mismo estamos animando a los empresarios a crear muchos puestos de trabajo escasamente cualificados. Nos pensamos que de esta manera solucionamos el problema del paro, y realmente lo que estamos haciendo es disminuir la productividad y la equidad y matando el estado del bienestar.

Pues hay otros gobiernos europeos que van en camino contrario.
El Gobierno conservador de Cameron, liberal, lidera un país con un salario mínimo un cuarenta por ciento más alto que en España en término relativos. Cuando ganó hace unos años las elecciones con mayoría absoluta, una de las primeras cosas que decidió fue subir el salario mínimo un 34% en cuatro años. Cuando acabe esta legislatura, tendrán un salario mínimo más alto que en Francia, que se dice rápido. Y se justifica esta medida porque no pueden pagar el estado del Bienestar, y necesitan que propios trabajadores se lo paguen.

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