Terrassenses, hace años que sufrimos, cada vez hay más trabajo, las jornadas son eternas, los amos cada vez ganan más, los salarios se quedan como siempre y los precios no paran de subir. Para poder comer debe trabajar toda la familia: padres, madres y criaturas. ¡Debemos decir basta! Queremos mejores salarios, jornadas de ocho horas, condiciones laborales dignas para hombres y mujeres. Niños y niñas fuera de las fábricas”. Con estas palabras, los trabajadores y trabajadoras de la Terrassa modernista llamaron a lo largo del sábado a la manifestación obrera y feminista convocada para el domingo a mediodía.
Durante todo el día repartieron papeletas informativas entre los empleados de las fábricas egarenses. Y parece ser que el llamamiento tuvo éxito. A las 11.45 del domingo, un centenar de obreros; entre ellos, muchas mujeres; se concentraron en el patio del Vapor Aymerich, Amat i Jover para preparar los últimos detalles de la manifestación, que a partir de las doce recorrió la Rambla, la calle del Peix y el Raval de Montserrat, hasta llegar a las puertas del Ayuntamiento.
Tras varios días de agitación en la ciudad, pues, el proletariado de la Terrassa modernista salió a la calle con el objetivo de reivindicar sus derechos laborales. En el patio de la antigua fábrica, un empleado del Vapor Ros animó a sus compañeros a luchar por un trabajo digno. “Nos necesitan para mantener sus fábricas en funcionamiento y tarde o temprano tendrán que escucharnos”, afirmó el obrero. Otra trabajadora, por su parte, lamentó que las mujeres tengan que cuidar de la casa y de los niños tras once horas en la fábrica, denunció que los hombres del sindicato “no nos quieren” e incitó a las otras obreras a asociarse.
Lemas y consignas
Después de estos parlamentos iniciales, los trabajadores iniciaron su marcha cantando el himno de La Internacional Socialista. A lo largo del camino pronunciaron varias consignas a favor de un trabajo digno, una jornada laboral de ocho horas, la asociación de las mujeres trabajadoras, la igualdad entre hombres y mujeres, los salarios dignos, la abolición del trabajo infantil y el derecho a voto de las mujeres. “Mujer obrera, asóciate”, “Igual trabajo, igual salario”, “Queremos salarios dignos, ocho horas de trabajo”, “No al trabajo infantil “Queremos votar” fueron algunos de los lemas que se escucharon y también se vieron plasmados en los carteles y pancartas que llevaban. Frente a las escaleras del Mercat de la Indepèndencia, hicieron una parada y cantaron el himno del Riego.
Los enfrentamientos verbales entre los manifestantes y varios grupos de la burguesía se sucedieron a lo largo del camino, con gritos y abucheos de los unos a los otros. Al llegar al Consistorio, los trabajadores manifestaron su disgusto con los concejales, a los que quisieron hacer llegar un documento explicando sus demandas. Allí, volvieron a enfrentarse con el amo de una de las fábricas, que les advirtió que no conseguirían nada. Finalmente, los proletarios volvieron a cantar el himno de La Internacional Socialista y el del Riego, mientras una trabajadora ondeaba una bandera roja. La protesta terminó con aplausos y gritos a favor de la lucha obrera, que los trabajadores aseguraron que mantendrán hasta que logren respuestas favorables.
Participación
De esta forma, los terrassenses de hoy en día y los visitantes que se acercaron a Terrassa pudieron presenciar una auténtica protesta obrera y feminista que intentó ser lo más parecida posible a las que se llevaban a cabo hace más de un siglo en la ciudad.
En la manifestación, encabezada por un grupo de egarenses que actuaban como trabajadores del Vapor Ros, participó también la Comissió 8 de març. PSC, ERC, Podemos, ICV, Dones d’ICV, EUiA, TeC, además de los sindicatos UGT y CCOO también tomaron parte en esta protesta de época agrupados bajo el paraguas del grupo “Esquerres de Terrassa”. Cerraron el grupo de manifestantes con una pancarta con el lema “Igual trabajo, igual salario, ¡queremos derechos!” en la que fue una de las actividades más destacadas de la decimocuarta edición de la Fira Modernista. Y es que en una feria que este año estaba dedicada al movimiento obrero en su sentido más amplio no podían faltar las típicas reivindicaciones de esta clase social, que luchaba por unos salarios dignos, una jornada laboral de ocho horas y en el caso de las mujeres, también por sus propios derechos como trabajadoras y como mujeres.