Terrassa

Teatro y danza para amenizar las tardes en el Gran Casino

El programa de la Fira Modernista propone cada año acercarse a la realidad de finales del siglo XIX y principios del XX a través de distintas recreaciones teatrales. Uno de los espectáculos que se ha convertido ya en un clásico de la feria es “Una tarde en el casino”. Con esta actividad, pensada tanto para adultos como para pequeños, el grupo de teatro del Social y el Esbart Egarenc reviven el ambiente social de la Terrassa modernista, escenificando la que podría ser una típica tarde burguesa en el casino, centro de negocios y de ocio de “la gente de bien”.

Este fin de semana, la obra teatral se representó en el patio del Gran Casino tanto el sábado como el domingo por la tarde. Los numerosos espectadores viajaron más de cien años atrás, pudiendo conocer tanto los bailes que observaban los burgueses de la época en su tiempo libre como el nuevo deporte que empezaba a abrirse camino en la ciudad, el hockey hierba. Y es que tras la entrada en el casino del señor Rusiñol, el señor Casa Alegre de Sagrera, el señor Masia Freixa, la señora Arxiu Tobella y la señora Roca i Roca, entre otras personalidades, los asistentes disfrutaron de un pequeño espectáculo de danza y de otro en el que tres chicas explicaron en qué consiste el deporte que se juega “dando la vuelta al bastón del abuelo”.

La tarde, pero, no fue tranquila. Un grupo de obreros y trabajadoras se acercó a las puertas del casino, exigiendo que les dejaran entrar. Tras la insistencia de éstos, a los que el presentador del evento intentó satisfacer -sin éxito- con una foto de grupo, el señor Muncunill decidió cederles un palco. Entonces, salieron a relucir las supuestas relaciones íntimas de algunos burgueses terrassenses con las llamadas “cupletistas de Ustrell”, que no quedaron contentas hasta poder actuar en el casino. Con una canción irónica y con contenido sexual llamada “Castaña” encendieron los ánimos de los señores y señoras de la alta sociedad, que intentaban disfrutar de una tarde de ocio. Finalmente, las cupletistas, junto a los obreros y las mujeres trabajadoras, decidieron irse del casino.

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