Las técnicas motivacionales en el mundo del deporte tienen un peso indudable en los estados de ánimo de cualquier colectivo. Y el domingo pasado, el primer equipo del Terrassa FC empleó todos los recursos emocionales a su alcance para que la plantilla saltase al terreno de juego al máximo de motivación en el decisivo partido contra el Granollers. No se dejó ningún detalle al azar y los egarenses sumaron los tres puntos más con el corazón que con buen fútbol.
El vestuario del primer equipo del Terrassa FC ya recibió la visita de algunos aficionados durante la semana. La peña Supporters Gol Nord colgó varias pancartas de apoyo tanto en el vestuario como en otras zonas del Camp Olímpic. Era el signo de que la afición no iba a abandonar al equipo en un momento tan delicado.
Los futbolistas con más peso en el equipo y con una larga trayectoria en el club egarense asumieron buena parte del protagonismo a la hora de utilizar elementos que encendiesen el ánimo de sus compañeros. El vestuario fue "empapelado" con imágenes inolvidables de algunas de las últimas gestas del club. El ascenso a Segunda "A", las dos Copas de Catalunya, el fervor de la afición en esos éxitos o la clasificación para el último "play off" en Cerdanyola fueron algunos de los pasajes que se reflejaron en las citadas fotografías. El propósito no era otro que los llegados al club de forma más reciente conociesen la trascedencia del Terrassa.
Pepe Mármol tocó la fibra
El cuerpo técnico preparó un vídeo de algunos de esos capítulos. y Toni Rodríguez, entrenador del primer equipo, habló a sus futbolistas más con el corazón que con la pizarra. Aunque la intervención que más emocionó a la plantilla fue la del histórico utillero Pepe Mármol, que pidió a los jugadores un esfuerzo especial para escapar de la zona de riesgo en este final de temporada.
"Ves a personas como Pepe y sabes que no puedes fallar, que lo tienes que dar todo en el campo", dijo al final del partido el centrocampista Marc Burgos. Esa carga emotiva de los minutos previos al partido tuvo un efecto indudable en los futbolistas. "Alguno ha saltado al campo con lágrimas en los ojos", confesó el entrenador del Terrassa, Toni Rodríguez.