Diari de Terrassa

El Terrassa se agarra a la salvación

El vestuario del Terrassa FC fue el domingo un torrente de emociones que agitaron el interior de una plantilla desamparada tras la derrota sufrida el pasado domingo ante el Santfeliuenc. Apelar a la historia, al sentimiento, a la pertenencia y a la épica es más sencillo desde el discurso de quien lo ha mamado desde la cuna, ya sea quien ocupa el banquillo o quien asume liderazgos en el terreno de juego. Y en la piel del equipo arraigó ese discurso del mismo modo que lo hizo la presencia de dos mil espectadores en las gradas, aparcados por un día los dolores de una temporada nefasta que hay que salvar por pura supervivencia. Sujetos a esos argumentos visualizados en imágenes de algunos pasajes determinantes en la historia del club, los jugadores del Terrassa arrancaron una victoria vital para su futuro en el campeonato en un duelo de urgencias idénticas con el Granollers, donde el fútbol estético apareció poco pero en el que la personalidad del Terrassa de Toni Rodríguez bastó para resolver una de las jornadas clave de la temporada.
Ajustar el reloj emocional del futbolista era una de las principales tareas previas del técnico del Terrassa, preocupado por el perjuicio que podía acarrear un exceso de adrenalina. Esa ultraexcitación emocional provocó desajustes futbolísticos en el arranque, que beneficiaron a un Granollers mejor situado en el terreno de juego, eficaz en la presión sobre la salida del balón de los locales y atrevido en sus duelos individuales. El técnico egarense situó a Marc Burgos por delante de la defensa, ocupando la tradicional posición de Adri Gimeno, y dio la titularidad a Óscar en la línea de ataque, en detrimento de Ángel de la Torre.

Inicio irregular
Al Terrassa le costó ajustar sus mecanismos para empezar a imponer su fútbol, menos académico y más visceral que de costumbre. Recurrió a la disputa, a la carrera y al músculo por delante de la combinación y el asociacionismo, desbocado en algunos momentos en la búsqueda de un gol que encendiese el ánimo de la grada y del partido.

Pero todo ello penalizó el nivel de productividad en ataque, que se limitó a un lanzamiento de Boniquet que inquietó a Ortega tras un bote peligroso. Hasta que en el minuto 25 el Terrassa encontró el gol que buscaba para reducir el nivel de ansiedad y transformar en beneficio propio la elevada carga ambiental de la jornada. La acción nació en la buena actividad que generan Boniquet y Merchán cuando se encuentran en el terreno de juego y la resolvió Joan Grasa con un excelente movimiento en el área que certificó con un magnífico remate al fondo del marco del Granollers.

El partido marcó unas obligaciones distintas para los visitantes a partir de entonces, pero el único momento inquietante para Manu Martín se produjo a tres minutos del descanso, con un disparo de Cano que el portero del Terrassa desvió a córner en una buena intervención.

Los egarenses encararon el segundo período con el propósito de resolver cuanto antes. Arrinconaron al Granollers de inicio a través de una buena interpretación en las bandas, donde Maldonado y Óscar desequilibraron con su elevada participación. El primero de ellos sufrió una caída en el área en el minuto 50 en la que se reclamó penalti y el segundo no pudo culminar una contra con Boniquet dos minutos más tarde.

La incercia del Terrassa en busca del golpe de efecto definitivo perduró algunos minutos. Y en dos faltas volvió a tener posibilidad de ampliar la diferencia. En la primera el cabezazo de Joan Grasa acabó en las manos de Ortega y en la segunda Marc Burgos no pudo conectar un buen remate, resolviendo también el portero del Granollers sin excesivos apuros.

Partido trabado
El encuentro entró a partir de entonces en una fase de mucho esfuerzo y poco fútbol. La ansiedad se apoderó de los dos equipos, obligados a puntuar por las exigencias de una temporada atípica que se puede ver dinamitada por los descensos compensados. Toni Rodríguez tuvo que dar entrada a Ángel en lugar de Maldonado, con molestias físicas. Pero la apuesta continuó siendo la misma. La diferencia es que el Terrassa dejó de generar llegadas al área del Granollers, también penalizado el conjunto visitante en la fase creativa. Los nervios se apoderaron de todo el mundo. Unos, los egarenses, temerosos de cualquier sobresalto que arruinase un triunfo cuyo valor era superlativo. Y otros, los visitantes, angustiados cada vez más por el desarrollo negativo de los acontecimientos y crispados por comportamientos que entendían destinados a la pérdida de tiempo. Adri Gimeno y Carles Güell aparecieron en el tramo final del encuentro para dar aire a un equipo con los pulmones al límite de su capacidad y que aguantó en pie hasta el final con el apoyo de una grada que sostuvo al equipo en los momentos de mayor inquietud.

Al final, el Terrassa se dio un baño de felicidad y de autoestima que debe suponer el inicio de la reconciliación tras una temporada repleta de sobresaltos.

TERRASSA FC 1
EC GRANOLLERS 0

TERRASSA FC. Manu Martín, Samu, Jou, Borges, Javi González, Burgos, Merchán, Boniquet, Óscar, Grasa y Maldonado. Ángel sustituyó a Maldonado en el minuto 69; Adri Gimeno a Burgos en el 83; y Güell a Boniquet en el 87.

EC GRANOLLERS. Ortega, Aitor, Durán, Eloi, Valls, Ramón Suárez, Pedro, Héctor, Cano, Riki y Vila. Font sustituyó a Valls en el minuto 54; Gil a Vila en el 60; y Bauli a Pedro en el 70.

Árbitro. Carlos Albelda Bárcena. Amonestó a Manu Martín, Maldonado, Ángel, Durán, Valls, Ramón y Font.

Gol. 1-0, minuto 25, Joan Grasa.

Público. Unos dos mil espectadores en el Camp Olímpic.

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