Primero de forma muy discreta y poco a poco con una mayor visibilidad, los trabajadores de Mina no quieren ser los grandes olvidados en el proceso de liquidación de la concesión del servicio de suministro de agua en Terrassa. En este tipo de casos, los trabajadores suelen ser el eslabón débil y pretenden que esto no sea así, o al menos que no se les tenga por una parte menos importante en el proceso de liquidación.
La cuestión está en que la plantilla de Mina quiere conseguir garantías de que en caso de un cambio de adjudicatario del servicio y, más aún, en caso de un cambio de modelo, esto es, hacia una municipalización del servicio, se mantendrán los puestos de trabajo en las condiciones y derechos de calidad, estabilidad y seguridad que cuentan en estos momentos. Y para ello, tienen previsto movilizarse hoy y manifestarse ante el edificio del Ayuntamiento durante la celebración del pleno, en el que intervendrán representantes de Comisiones Obreras para solicitarlo.
Una reivindicación similar llegaron a realizar, también de forma muy activa, e incluso con la interposición de recursos a la adjudicación del concurso, los trabajadores de Tmesa, la adjudicataria del servicio de transporte colectivo urbano de la ciudad. La gran preocupación era que, según decían, la empresa que obtenía la concesión ponía en serio peligro con la oferta realizada las condiciones laborales que los trabajadores habían conseguido a lo largo de los años.
Volviendo a los trabajadores de Mina, los grupos del pleno han presentado una propuesta de resolución conjunta que se debe aprobar hoy por unanimidad en la que muestran su apoyo a la plantilla de Mina y abogan por el mantenimiento de la estabilidad laboral y las condiciones socio-laborales de la actual plantilla de Mina, independientemente del modo de gestión que se establezca.
La pequeña diferencia entre la petición de los trabajadores y la propuesta de los partidos está en que ésta última habla de la plantilla que sea "necesaria para la prestación del servicio en Terrassa". En torno a los trabajadores, al margen del mantenimiento de las condiciones socio-laborales y de la fórmula que se utilice para ello, que no parece que vaya a ser fácil, el debate estará en cuál será el número de trabajadores que será necesario para garantizar el consumo en la ciudad y en qué criterios se utilizarán para determinarlo. . Ese pequeño matiz introducido en la propuesta de resolución no es en absoluto anecdótico.