“Me cuesta dormir por la noche”, explica Musta a la hora de desgranar las horas previas al combate. Probablemente por su condición de vigilante de seguridad, el trabajo que le sirve para dar de comer a su familia, porque del boxeo no puede vivir. La bolsa del Campeonato de España era de 3.000 euros y en sus cuatro años de profesional únicamente ha podido realizar diez combates. Si disputa el Campeonato de Europa la cantidad se puede multiplicar por diez. “El boxeo es una forma de vida”, justifica a la hora de explicar la razón de tanto sacrificio. El día antes del combate se fue a dormir tarde. Y a las 5.30 de la madrugada acudió a la mezquita de La Maurina para rezar con sus hermanos musulmanes. La jornada la dedica fundamentalmente a descansar, a ir al colegio a buscar a sus tres hijos y a cumplir con sus obligaciones en la comunidad musulmán. Se nutre de alimentos energéticos y a las siete de la tarde come la merienda. Es su última comida antes del combate.