El abogado de la Casa Real José Manuel Romero ha declarado hoy que “de las actividades privadas de los miembros de la Familia Real no se ocupaba nadie, no eran objeto de autorización”, por lo que él no tuvo conocimiento de que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin constituyeron la empresa Aizoon.
Romero, conde de Fontao, ha subrayado en su comparecencia como testigo ante el tribunal de la Audiencia de Palma que juzga el caso Nóos que su intervención para instar la salida de Urdangarin del Instituto Nóos respondió a la preocupación por la imagen institucional del entonces duque de Palma, no por indicios de ilegalidades.
“En absoluto había ninguna sospecha de que hubiese ningún ilícito penal ni del señor Urdangarin ni del señor (Diego) Torres (su socio en Nóos). No había la más mínima sensación de que hubiera ningún ilícito penal, mi intervención fue para proteger el nombre, la categoría y la participación institucional el señor Urdangarin”, ha resaltado.
Al final del interrogatorio de acusaciones y defensas, la presidenta del tribunal, Samantha Romero, ha preguntado al asesor jurídico del Rey Juan Carlos si sus “recomendaciones” respecto a las actividades del marido de la infanta Cristina tenían un carácter imperativo.
“Generalmente yo hacía recomendaciones, y lo que ocurría es que se cumplían”, como pasó en este caso, ya que Urdangarin abandonó Nóos y promovió después la creación de una fundación siguiendo las instrucciones de Romero.
El conde de Fontao ha aclarado que sus indicaciones no podían considerarse “una intervención coactiva”, porque “la Casa no hace eso”. “Yo tenía cierta autoridad (…), he estado 22 años en la Casa”, ha recalcado.