Su hermano le dio tres habas para que las plantara, no en ningún huerto, sino en su casa, en la terraza de su piso, dentro de una irrelevante maceta que, sin embargo, ha resultado ser una verdadera caja de sorpresas. Francisco Roldán, un terrassense que vive en la calle de Martín Díez, en Ca n’Aurell, sembró enseguida aquellas tres semillas que le había dado su hermano sin saber que serían semillas de oro.
Corría por entonces el frío de enero y las plantas se resistieron a crecer. Pero una vez llegado el buen tiempo, cuál ha sido la sorpresa de Francisco al comprobar que apenas tres meses después de haber enterrado los granos, de la maceta prodigiosa han surgido tres matas de casi dos metros de altura, que han dado como fruto unas habas de un verdadero tamaño XXL.
Francisco se ha dedicado a medirlas a palmos y estima que las dos más grandes son de unos 45 centímetros de largo. Como máximo, estos productos vegetales suelen medir unos 30 centímetros.
Este agricultor doméstico visitó hace unos días la redacción de Diari de Terrassa, móvil en mano y con las habas extralargas dentro de la pantalla. Lo hizo animado por su propio hermano, sus amigos y conocidos, que creyeron que todo el mundo debería saber del fenómeno de las vainas gigantes que ocurre en casa de Francisco. Será que el enérgico sol primaveral de Ca n’Aurell es capaz de todo. Y es que aún hoy, mientras va calentando, las habas siguen creciendo.