Un individuo fue detenido el jueves por asestar dos puñetazos a un policía local. Lo agarraron después de una persecución por Can Boada.
Todo empezó con unos golpes a un coche, a las 5.50 de la tarde. Un policía se encontraba en un equipamiento, en la calle de Magallanes, cuando una persona entró deprisa y le informó de que un individuo había pateado un coche estacionado, al parecer de forma inopinada, sin motivo alguno. El vehículo estaba dañado a resultas de las patadas. El guardia salió, y localizó al sospechoso a pocos metros, en la esquina de la calle de Joan Fuster con el paseo del Vint-i-dos de Juliol.
Se aproximó a él, para identificarlo, pero el tipo echó a correr. Y el agente tras él. El perseguido se giraba cada dos por tres, soltando una mano cerrada, intentando dar puñetazos que al principio sólo hendieron el aire. Y reanudaba la carrera. Hasta que se paró, volvió a girarse y esa vez sí propinó un puñetazo al policía, y otro.
Más unidades policiales
Cayeron perseguidor y perseguido por el suelo, rodando, en la calle de Josep-Vicenç Foix, y el individuo aprovechó el forcejeo en tierra para correr de nuevo. Pero el guardia no se arredró, y porfió en su carrera. Llegaban más unidades policiales.
Entre un agente y los otros lograron dar alcance al agresor en la calle del Catorze d’Abril, al otro lado de la vía del tren, ya en Ca n’Aurell. Y lo detuvieron por atentado a agente de la autoridad. Luego supieron que el mismo sujeto, de 30 años, tenía pendiente una orden de alejamiento que supuestamente había quebrantado. El agente sufrió hematomas de los que fue asistido en Mútua, donde unos médicos trataron también al arrestado.