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“Si tienes muchas ganas y actitud pero no actúas, no lograrás el éxito”

Ayudar a las organizaciones a alcanzar sus objetivos a través de la transformación de sus equipos y las personas que los forman. Esta es la misión del formador y consultor en actitudes de alto rendimiento Lluís Soldevila, que en su último libro "Éxito se escribe con A" (Profit, 2014) recoge los elementos clave que conforman la hoja de ruta hacia el éxito. Una fórmula que pueden usar tanto las empresas como las personas para alcanzar todo su potencial.

¿Qué es el éxito?
A menudo, la gente asocia este concepto con la fama, el dinero o el poder pero yo considero que cada uno debe hacerse su propia definición de éxito. No existe una sola definición. Todos buscamos el éxito pero no significa lo mismo para cada uno de nosotros. Lo que no se puede hacer es ir por la vida sin una definición clara de éxito porque si no, las probabilidades de lograrlo decrecen.

¿Cómo puede definir cada uno qué es el éxito para él y ser capaz de alcanzarlo?
Lo que yo denomino como Ley de la Acción dice que para buscar el éxito hace falta tener unos objetivos muy bien definidos en base a la metodología SMART, acrónimo de simple, medible, alcanzable, relevante y ligado a tiempo. Si defines tus objetivos con estos atributos, serán más fáciles de lograr. Pero los objetivos son el punto de llegada, el de partida es uno mismo. Y este uno mismo, a veces no lo conocemos lo suficientemente bien. Por eso, debemos empezar por el autoconocimiento.

¿Cómo se pasa de este punto de partida al lugar donde se quiere llegar?
Con la acción. Muchas veces queremos cosas pero no hacemos nada para que sucedan. Debemos pasar a la acción, no esperar que las cosas ocurran sino hacer que ocurran. Y en este camino debemos llevar siempre la actitud. A todos nos han tocado unos dados y lo que debemos hacer es jugarlos bien, encajando los problemas y las circunstancias que tenemos a la vida con la actitud, que es el factor determinante del éxito, aquello que diferencia los profesionales buenos de los excelentes.

Autoconocimiento, acción y actitud. ¿Por eso dices que el éxito se escribe con A?
Sí. El autoconocimiento debe ser siempre el primer paso y la actitud y la acción deben ir de la mano, son prácticamente inseparables. Lo que no podemos hacer nunca es actitud sin acción. Sería un error. Si tienes muchas ganas y pones mucha actitud pero no haces nada, no lograrás alcanzar tus objetivos. Tenemos que querer, saber y hacer.

¿Qué herramientas se pueden usar para trabajar estas tres A?
Hay muchas. Yo me dedico a trasladar herramientas y técnicas del mundo de la empresa al ámbito personal, siendo lo personal aquello familiar o profesional. Para el autoconocimiento, he creado el DAFO personal, una técnica de consultoría que nos sirve para conocer nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. También podemos aplicar técnicas de marketing, es decir, vernos como un producto y hacer que este producto sea atractivo para el mercado. Además, también podemos usar fórmulas matemáticas para huir de un mensaje insipiracional y racionalizarlo todo un poco. La distancia al éxito es inversamente proporcional al valor que aportamos o al talento. Y el talento se define por la suma de las habilidades innatas y las habilidades adquiridas divididas por el tiempo y elevadas a la actitud. Así pues, la actitud es el elemento más importante de la fórmula del talento, y cuando más talento tengamos, más cercanos al éxito estaremos.

¿Y qué papel juega la suerte?
Einstein dijo que era mucha casualidad que la suerte siempre le llegara cuando trabajaba. Una cosa es el azar y otra la suerte. El azar nos puede llegar a todos pero esperar a que nos toque no creo que sea eficiente. Y la suerte… Evidentemente, hay un componente de suerte pero cuantas más veces intentas las cosas, más números de la suerte estas comprando, por lo que hace falta actuar. Al fin y al cabo, ninguna de las cosas que explico te llevará al éxito pero todas incrementan las probabilidades de que te toque esta suerte.

¿No es un método miraculoso?
No, ni miraculoso ni fácil. Es extremadamente difícil pero funciona.

¿Y lo pueden utilizar tanto organizaciones, como empresas, como individualmente?
Absolutamente. Cuando voy a las empresas, parto de que el elemento que yo trabajo son las personas. Es decir, personas que sean más exitosas formarán parte de equipos más exitosos, que llevarán a las empresas a ser más exitosas. Por lo tanto, mi foco no es la empresa sino que actúo sobre los empleados individualmente para lograr que se conviertan en empleados de alto rendimiento, con equipos de alto rendimiento, que es lo que hace que las empresas tengan resultados superiores.

¿En las empresas, son conscientes de esta importancia del capital humano?
Aún hay pocas empresas que tengan claro que las personas, son lo más importante para alcanzar el éxito. Los productos y los servicios son cada vez más similares y si vamos a un sitio o a otro es por las personas que nos los ofrecen. Vas allí por como te tratan, como te conocen, por la actitud, porque te solucionan un problema… Y todos estos aspectos son actitudinales y de acción.

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