Los alumnos de secundaria (ESO) y posobligatoria de la ciudad tienen esta semana una agenda llena de actividades complementarias a su quehacer diario. El martes se desarrolló la Jornada de Orientación de Formación Profesional en el Vapor; el miércoles, la Jornada de Emprendeduría en el Teatre Principal y ayer las pruebas Cangur de Matemáticas que, en el caso de Terrasa, se celebraron en la Eseiaat del campus de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).
Un total de seiscientos estudiantes de 4º de ESO y de 1º y 2º de bachillerato se inscribieron al certamen que tuvo lugar por la mañana en la antigua Etseiat de la Politècnica. Los jóvenes tuvieron que resolver un cuadernillo de 30 preguntas en una hora y 15 minutos, un tiempo que la mayoría casi agotó a tenor de que a esa hora se vaciaron al completo las dos aulas destinadas al concurso.
Sin calculadora
Treinta ejercicios en cada etapa de estudio que presentaban un nivel de dificultad de menos a más y, por tanto, con una puntuación de 3 a 5 puntos. Todas las cuestiones necesitaban de conocimientos matemáticos y sobre todo mucha agilidad y cálculo mental en la medida que no estaban permitido ni la calculadora, ni los móviles ni otros tipos de aparatos eléctronicos.
Una herramienta esta que echaron en falta alumnos consultados.
"Los problemas presentaban un cierto grado de complejidad porque había algunos que planteaban problema sobre otro problema y eso sin calculadora cuesta mucho porque no estamos acostumbrados a ejercitar el cálculo mental", manifestaron Anna Amat y Clara Comerma, de la Escola Pia donde estudian 1º de bachillerato.
Y es que a título de ejemplo había propuestas que sólo de leer el enunciado, uno/ una ya se veía incapaz a primera vista de hallar la solución. Referenciamos acto seguido uno de los ejercicios. Se planteaba la siguiente operación: 9999994 multiplicado por 9999995 y restando 9999990 x 9999999. Se pedía el resultado sobre el que se daban cinco opciones: 20; 90; 160; 180; y 100. ¿20? Pues, al menos, esto es lo que salió en la calculadora una y otra vez.
Esfuerzo
Multiplicar y restar, además de sumar y dividir, y también ecuaciones, geometría…. Todo un reto que los seiscientos jóvenes afrontaron de modo personal para medir sus conocimientos en matemáticas a pesar de que algunos no se llevan bien con esta materia. Este es el caso de Younes Reffasi, de 2º de bachillerato del Institut Ègara, quien explicó que "lo he visto complicado pero me lo he tomado con bastante tranquilidad porque a mi los números ni me gustan ni se me dan. Pero no me preocupa mucho porque quiero estudiar la carrera para profesor de Educación Física y ahí no contarán".
Para Anna y Clara, en cambio, sí que son más necesarias porque su idea es cursar una carrera de tecnología o de ciencias. Cuentan que llevan bien las matemáticas y que su nota media es de notable por lo que entienden que, seguramente, pasarán la prueba con buena nota. Atribuyen su buena preparación a los docentes que tienen pero también porque se esfuerzan.
En este sentido, Rafael Amer, profesor de matemáticas en el campus de la UPC y coordinador de las pruebas, hizo hincapié en esta palabra, en el esfuerzo. "El nivel con de los alumnos de 1º curso podía ser mejor pero con tenacidad y voluntad progresa". Amer consideró que los números no son difíciles si se explican con ejemplos que se pueden entender porque los números forman parte de nuestra vida cotidiana".