Cuatrocientos alumnos de bachillerato de ocho centros públicos y concertados asistieron ayer a la Jornada de Emprendeduría Empresarial en el Teatre Principal impulsada desde el servicio municipal de Educación. Los chicos y chicas, de 16 a 18 años, tuvieron la oportunidad de escuchar de primera mano el relato de jóvenes, miembros de la asociación INNY, que a su edad decidieron un día dar un giro de 180 grados a su vida para cumplir con su sueño personal.
La jornada, conducida por Nil Mora, impulsor de la entidad, contó con tres protagonistas, Carles Riba, Oriol Prats y Enzo Fontcuberta, todos con edades de 24 y 25 años. El bloque de experiencias se abrió con Carles Riba, de Alfarràs (Lleida) pero afincado en Terrassa desde hace tiempo, quien explicó que cuando estaba en la cumbre de su éxito musical (su último concierto fue en un Palacio de Deportes de Madrid aborratodo) abandonó lo que era su pasión para reinventarse como profesional en el sector del markting.
Oriol, por su parte, contó que pese a ser una mal estudiante en bachillerato y en la universidad ha logrado, junto con un amigo, montar su propio negocio, un restaurante de comida ecológica en Barcelona. El caso de Enzo fue diferente en cuanto que su experiencia fue más de corte vital y no tanto profesional. Este joven relató cómo había vivido y vive su cambio de sexo, de mujer a hombre. Los tres protagonistas, con sus historias singualres, animaron a los jóvenes que había en la platea a perder el miedo y a perseguir sus deseos. Todos coincidieron en señalar que "lo importante en esta vida es tener un objetivo y hacerlo posible".
Al respecto Carles, que deleitó a los asistentes interpretando una canción con la guitarra, la primera que compuso, manifestó que había renunciado a seguir con la música porque sentía que esa profesión no le compensaba personalmente. "Yo me había alejado de mi familia, de mi novia, de mis amigos, de mi entorno y quería recuperar todo esto porque sabía de antemano que sería más feliz".
Superación
Oriol no escondió que su vida se asemejaba a la de un "nini" (jóvenes que ni estudian ni trabajan) y ejemplarizó este perfil en base a su falta de interés por los estudios aunque dijo que "intentaba aprobar para no alimentar el miedo y superarlo". Añadió también que durante su etapa de estudiante estuvo "bastante perdido" pero que, al final, surgió el espíritu positivo y emprendió su proyecto personal gastronómico. Enzo, que nació niña pero después se sintió y quiso ser niño, expuso todos sus sentimientos de cómo luchó por su transexualidad. El joven señaló que había tenido que "ser muy fuerte para asumir todo el proceso vital, sobre todo en la escuela", un microcosmos a veces cerrado y hostil. Enzo señaló que encontró y ha encontrado "un gran apoyo en la familia". Tras las exposiciones, la jornada de emprendeduría ofreció también la oportunidad de abrir un foro de trabajo, un "networking", con el fin de que los protagonistas referentes pudieran intercambiar impresiones e inquietudes con los asistentes. Desde el servicio municipal de Educación valoraron que la actividad de ayer generó mucha expectación y que es muy probable que tenga una segunda edición el próximo curso. Destacaron asimismo que es una actividad que fomenta los valores, el talento, el autoestima y trasmite un mensaje optimista.