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La infanta Pilar asegura que su sociedad panameña cumplió las obligaciones fiscales

La infanta Pilar asegura que la sociedad abierta en Panamá de la que fue directiva y titular no incumplió “ninguna obligación que exigiera la legislación tributaria española” y niega que su disolución tuviera algo que ver con la abdicación del rey Juan Carlos o la proclamación de Felipe VI.
En un comunicado, la hermana del rey Juan Carlos sale así al paso de los datos contenidos en los papeles de Panamá sobre la sociedad Delantera Financiera, S.A., de la que la infanta Pilar fue presidenta y administradora desde 1974 y que, según El Confidencial, fue disuelta el 24 de junio de 2014, cinco días después de la proclamación de Felipe VI.
La infanta explica que la sociedad, constituida en 1969, era inicialmente propiedad de Aleko Papamarkou, amigo de su marido, Luis Gómez-Acebo, y precisa que en agosto de 1974, a raíz del frustrado intento de ETA de secuestrarle a él y al conde de Barcelona, su esposo decidió iniciar actividades profesionales “alejadas de España”, para lo que el propietario le cedió la titularidad.
En este punto, argumenta que “se juzgó prudente” que ella “también figurase en la Junta Directiva” por “las mencionadas razones de seguridad personal” y “ante la gravedad de posibles eventualidades -en aquel momento y por desgracia, nada descartables”.
El comunicado, fechado hoy en Madrid, firmado por “Pilar de Borbón” y encabezado por un membrete con la “B” bajo una corona, señala que su marido desarrolló a través de la sociedad “distintos proyectos profesionales” hasta 1984, año en que le fue diagnosticado un cáncer, pero la crisis económica perjudicó los resultados y el avance de su enfermedad hizo que no desarrollara nuevos negocios.
Luis Gómez-Acebo falleció en 1991 y la infanta Pilar decidió disolver la sociedad “en la fecha que finalmente se llevó a cabo” -la nota no especifica cuándo-, sin mediar “ninguna circunstancia ajena” a su propia voluntad “de disolverla, al no contar con recursos suficientes ni expectativas que justificasen su mantenimiento”.
“Cualquier otra interpretación sobre la finalización de su actividad es sencillamente errónea”, afirma doña Pilar, en alusión implícita a las especulaciones sobre si tuvo que ver con la abdicación de su hermano o la proclamación de su sobrino como nuevo monarca.
La infanta recalca que la sociedad panameña “nunca ha tenido ingresos fuera del control de las autoridades fiscales correspondientes, ni tampoco ha incumplido ninguna obligación que exigiera la legislación tributaria española”.
“El hecho de que al frente de la misma figurásemos ambos a título personal, al igual que posteriormente uno de mis hijos -sin necesidad de recurrir a terceras personas-, revela que no existió por nuestra parte voluntad de ocultación alguna”, argumenta doña Pilar, antes de añadir: “De haber querido evitar que se conociese dicha vinculación, hubiéramos procedido de manera diferente desde el principio”.

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