El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha defendido hoy que el Parlament debata la moción de la CUP que ratifica la declaración soberanista del 9N, un texto duramente criticado por algunos partidos de la oposición, entre ellos Ciudadanos, que la ha tildado de “insulto a la democracia”.
La moción independentista impulsada inicialmente por la CUP y posteriormente acordada con Junts pel Sí que ratifica la declaración soberanista del 9N suspendida por el Tribunal Constitucional (TC) ha provocado un nuevo rifirrafe dialéctico y duros cruces de reproches entre los partidos catalanes tanto en el arranque del pleno del Parlament como en la posterior sesión de control al president.
Ante las críticas de PSC y C’s, que han exigido al presidente catalán el cumplimiento de la ley, Puigdemont ha advertido de que es “malo” para cualquier “cambio político o regeneración” que un Parlamento ponga “fronteras” a debates sobre una moción en concreto.
Y sobre el llamamiento que se hace en la moción a que los Mossos d’Esquadra no ejecuten como policía judicial requerimientos de la Audiencia Nacional, Puigdemont ha dejado claro que el Govern no ha pedido al cuerpo policial que incumpla la ley.
La líder de la oposición, Inés Arrimadas, ha tildado la moción de “insulto a la democracia”, mientras que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, le ha reclamado al presidente catalán que respete y haga respetar la legalidad.
El presidente del PPC en el Parlament, Xavier Garcia Albiol, ha reclamado por su parte a Puigdemont que “se olvide del proceso y se ocupe de los 926.000 catalanes que están en las listas de espera de la sanidad catalana”.
Iceta ha señalado que, tras el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, la moción sigue “presentado los mismos defectos” y ha recordado que los letrados de la cámara ya avisaron del riesgo de asumir textos “análogos” a la declaración del 9N suspendida el TC.
Puigdemont ha replicado a Iceta que estos asuntos los debe preguntar a la Mesa y a los grupos parlamentarios, no al presidente de la Generalitat, por una cuestión de “separación de poderes”, a lo que el líder socialista ha ironizado que se debe preservar, por lo que ha criticado siguiendo el razonamiento de Puigdemont que la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, sea de JxSí.
En su turno, Arrimadas ha arremetido contra una moción que es “un insulto a la democracia” y ha advertido a Puigdemont de que los grupos de la oposición -C’s, PSC, Sí Que Es Pot y PPC- suman más votantes catalanes que JxSí y CUP juntos, lo que no ha agradado al portavoz de Sí Que Es Pot, Joan Coscubiela, quien le ha reprochado que se “apropie” de su electores.
En todo caso, Arrimadas ha criticado que Puigdemont se alíe con un grupo antisistema para “desproteger” a los Mossos d’Esquadra: “¿Está de acuerdo con que los políticos puedan hacer lo que quieran y poner entre la espada y la pared a los Mossos d’Esquadra?”, le ha inquirido.
“¿Dónde ha visto que pidamos a los Mossos que no cumplan la ley? Usted está preguntado al Govern”, ha replicado el president, que ante el papel de la moción que le exhibía Arrimadas ha añadido: “Aquí dice Parlamento de Catalunya, no Generalitat de Catalunya”.
Otro frente de polémica ha sido el manifiesto del grupo Koiné que aboga por que el catalán sea única lengua oficial en una eventual Catalunya independiente, un texto que el presidente de Sí Que Es Pot, Lluís Rabell, ha tildado de “racista”.
Sin embargo, Puigdemont ha evitado censurar dicho manifiesto y ha asegurado que el Govern solo debe “responder de sus políticas y compromisos, o si de alguna vez firma un manifiesto, cosa que no ha hecho ni hará en el futuro”.
Ha añadido que “manifiestos se hacen muchos y de todas las tendencias”, por lo que su gobierno no puede “estar posicionándose cada vez” sobre ellos, y ha recordado que el ejecutivo se guía por el programa electoral de Jxsí, que apostaba por el catalán como lengua vertebradora sin perjuicio de que el castellano pudiera ser también oficial en una hipotética Catalunya soberana.
El líder del grupo del PPC, Xavier García Albiol, ha exigido por su parte al presidente catalán que se olvide del proceso soberanista y afronte “los problemas reales”, y ha criticado las listas de espera y que el conseller “ficticio” Raül Romeva pretenda ampliar la acción exterior.
El diputado de CUP Sergi Saladié ha cuestionado a Puigdemont las inversiones de la Generalitat en los Juegos Mediterráneos de Tarragona en 2017 cuando no podrán participar las selecciones catalanas y existen “emergencias sociales” que afrontar.