Foment del Treball de Catalunya ha aprobado esta semana un reglamento que pretende dotar de un marco de relación, especialmente territorial, a las diferentes organizaciones que la componen. Según las informaciones que han trascendido, la votación se solventó con una amplia mayoría favorable al reglamento y con tres abstenciones y tres votos en contra, uno de ello el del presidente de Cecot, Antoni Abad. Fue Abad quien precisamente forzó la votación y en última instancia el sujeto del documento.
La redacción y aprobación de este documento viene motivado por la voluntad de Foment de frenar el ánimo expansionista de Cecot. Los presidentes de ambas organizaciones están enfrentados por cuestiones diversas, en las que se entremezcla lo empresarial, lo personal y lo político. Montellà, ante la posibilidad de que Cecot pueda convertirse en un contrapoder con la ayuda de la Generalitat, intenta cortar las alas del presidente de la patronal terrassense.
La cuestión está ahora en comprobar qué efectos tendrá el reglamento aprobado esta semana y por el contenido del mismo parece que las consecuencias serán mínimas por no decir nulas. De hecho se ha normativizado una situación que se daba de hecho y es que las organizaciones que forman parte de Foment deben comunicar a la organización la acciones que vayan a llevar a cabo fuera de su ámbito territorial. Lo que parece es que se ha querido abrir un paréntesis, un compás de espera para comprobar cómo evolucionan los acontecimientos para tomar decisiones más adelante. Recordemos que Foment abrió un expediente a Cecot como consecuencia de la organización de su fiesta anual, “La Nit de l’Empresari” en Barcelona por segundo año consecutivo. Se habló incluso de forzar la expulsión de Cecot de la patronal catalana.
Las relaciones no se han normalizado, pero, como decimos, se abre un compás de espera que en realidad limita poco la capacidad de acción de las organizaciones empresariales que forman Foment. La organización terrassense considera cerrado así el expediente abierto a finales del año pasado y ante la nueva situación, su margen de maniobra, por tanto, sigue siendo amplio. La actividad “antiCecot” desde dentro de Foment se ha recrudecido con el fortalecimiento del soberanismo catalán y muestra como se traslada al ámbito empresarial la división que sobre ese aspecto se da en la propia sociedad catalana.