César Alierta deja la presidencia de Telefónica, tras casi 16 años al frente de la compañía, a la que ha convertido en una de las operadoras más grandes del mundo, con presencia en 21 países, y pionera en dar el salto hacia la convergencia de los servicios de telecomunicaciones. Sin "pelos en la lengua", Alierta se ha caracterizado en su última etapa por criticar duramente a las compañías que operan únicamente por internet, como, por ejemplo, Google o Facebook, a las que acusa de no invertir en el desarrollo de las redes de telecomunicaciones. Aragonés, reservado, poco amigo de entrevistas con periodistas y de intervenciones públicas, Alierta, que inició sus pasos en el sector financiero, ha dedicado la mitad de su vida profesional a dirigir Tabacalera y Telefónica. En el plano laboral, bajo su mandato, Telefónica ha abordado dos expedientes de empleo, uno de 2003 a 2007, que afectó a 13.500 trabajadores, y otro de 2011 a 2013, para 6.500. En los últimos años, la operadora ha apostado por la convergencia, un desafío con el que pretendía frenar el descenso de ingresos por parte de las operadoras de telecomunicaciones.