Tres nuevos casos de fiebre vírica de Zika, todos ellos importados, han sido diagnosticados durante la última semana en Catalunya, con lo que se elevan a 31 las personas infectadas por este virus, entre ellas tres mujeres embarazadas que están teniendo un seguimiento especial.
Según ha informado hoy el departamento de Salud de la Generalitat, desde el uno de enero se han confirmado 31 casos importados de fiebre vírica de Zika en Catalunya, todos con el antecedente de haber estado en América del Sur y Central en zonas donde la transmisión del virus es activa y de haber sido picados por mosquitos durante su estancia.
Los afectados son 14 hombres y 17 mujeres, 3 de las cuales son gestantes.
El virus Zika (ZKV) provoca un cuadro leve con fiebre moderada, exantema que se extiende desde la cara al resto del cuerpo, artritis o artralgia pasajera (principalmente articulaciones pequeñas de manos y pies), conjuntivitis y síntomas inespecíficos tales como mialgia , cansancio y dolor de cabeza y se transmite principalmente por la picadura de mosquitos del género Aedes.
Los casos suelen resolverse sin complicaciones graves ya que las infecciones asintomáticas son frecuentes y se estima que sólo 1 de cada 4 infectados desarrolla un cuadro clínico.
Hasta 2007 sólo se habían descrito casos esporádicos en algunos países de África y Asia. No obstante, en la última década se ha expandido a nuevos territorios dando lugar a brotes epidémicos en varias islas del Pacífico.
Durante el 2015 se ha detectado transmisión autóctona del virus en varios países de América Latina que se asocia a un incremento en el número de alteraciones neurológicas en recién nacidos.
La Agencia de Salud Pública de Catalunya ha informado del riesgo de contagio de la infección por virus Zika personas que viajen a zonas epidémicas del virus, como países del Caribe y de Sudamérica y Centroamérica, así como algunas zonas de Polinesia y del África ecuatorial.
Por eso es de especial importancia informar a las mujeres embarazadas que tengan previsto viajar a zonas endémicas del riesgo existente y es recomendable que, en la medida de lo posible, pospongan el viaje hasta el final del embarazo y, si han viajado, deben mencionar su viaje en las revisiones prenatales para ser evaluadas adecuadamente.