¿Cuánto tiempo hace que reside en Terrassa?
Hace quince años. Vine en el año 2001 por reagrupamiento familiar. Mi marido ya vivía aquí. Yo vivía en Casablanca, con mi familia. Estaba estudiando el primer curso de Filología inglesa, pero lo dejé para casarme y emigrar a Catalunya.
¿Cómo vivió su primera etapa en la nueva ciudad de acogida?
La idea era reemprender los estudios superiores pero no pasó. El primer año me sentí muy sola. Me apunté a cursos de castellano, de informática y de catalán, y también a cursos de mediación intercultural. Esta formación me abrió puertas al mundo laboral, en concreto me incorporé como orientadora laboral en un proyecto del Ayuntamiento para mujeres inmigrantes. Estuve un par de años. También fui traductora. Después di clases de castellano para mujeres magrebíes hasta que hace poco abrí mi tienda de ropa y complementos para mujeres musulmanas.
Si echa la vista atrás, ¿Cuál es su balance?
Me siento orgullosa porque, tras vivir una separación con tres hijos, creo que he hecho todo lo que estaba en mis manos para salir adelante. Me he adaptado bien. Tengo más amigas catalanas, convertidas a la religión musulmana, que de mi país. Mi próxima aventura es crear una asociación de mujeres autóctonas y no autóctonas de todos los países y orígenes.
Su trayectoria de emprendedora no es la habitual en su comunidad
Muchas de las mujeres que han llegado aquí proceden de zonas rurales muy humildes y su día a día transcurre en casa. Es una lástima que no tengan inquietudes. La mujer magrebí podría abrirse camino pero su objetivo está en sobrevivir. No se esfuerza en aprender el idioma y esto limita mucho.
Hay el tópico de que las mujeres magrebíes viven solo para la familia y la casa.
Todas las culturas están llenas de tópicos. Todo depende de cada persona y de cómo entienda su cultura y su religión. En todas las nacionalidades y culturas hay formas de hacer donde el hombre tiene reservado el papel principal mientras que la mujer está a la sombra. ¿Nuestra cultura es machista? No depende del país o de la cultura, está en función del carácter de la persona. El hombre musulmán es generoso si practica lo que dice el Corán.
¿Se ha planteado alguna vez regresar a su país y dejar la ciudad?
No, por ahora. Mis padres y dos de mis tres hermanos que vinieron a Terrassa sí que han regresado a Casablanca. Yo ahora acabo de abrir mi tienda y he puesto mucha ilusión en este proyecto comercial. Y, por otra parte, también tengo otros cambios a nivel personal. Estoy esperando un hijo de mi segundo marido que trabaja de forma estable en Francia. Es posible que emigre de nuevo pero el destino más seguro es Francia.