El teniente de alcalde de Desarrollo Económico, Industria y Ocupación, Miquel Sámper, basó buena parte de su campaña para las últimas elecciones municipales en la necesidad de la ciudad de replantear su realidad industrial. En definitiva, defendía el establecimiento de una estrategia que permitiese la reindustralización de Terrassa, aprovechando sus virtudes y venciendo sus carencias. La reducción del desempleo, con cifras superiores a la mayoría de ciudades y poblaciones de la comarca y por encima también de la media catalana fue, como la de todos los partidos políticos, su mayor preocupación.
Hasta ahora, de su acción de gobierno se conoce la redacción de una diagnosis económica de la ciudad a la que hizo referencia en la presentación del plan de mandato del equipo de gobierno, un documento que no ha visto la luz.
Esta diagnosis, según parece, debe servir para, tras un proceso en el que tiene especial interés que participe el resto de fuerzas políticas, determinar la estrategia que permita a la ciudad recuperar el terreno perdido en todos estos años de crisis económica.
Una de las cuestiones a la que el teniente de alcalde se ha referido en diversas intervenciones, que seguramente tendrá su espacio en el informe que ha elaborado, es la necesidad de mejorar los polígonos industriales de la ciudad. No obstante, según los datos del informe realizado por Finques Masachs, no sólo necesitará la ciudad de una mejora de los polígonos, sino también de un aumento del suelo industrial, dada la escasez de naves industriales que se prevé que existirá dentro de pocos meses.
Según asegura Masachs, a lo largo de 2015 se ha producido una recuperación sensible de la actividad industrial en la ciudad si nos atenemos a los datos de compra-venta de naves y a los que ayer ofrecíamos sobre la recuperación del número de empresas desparecidas durante la crisis. El aumento de la demanda y la falta de nueva oferta está redundando en un aumento del precio de las naves industriales y algunos empresarios empiezan en buscar salida a sus necesidades en la comarca del Bages. El debate sobre el suelo industrial de Terrassa es antiguo, se vio aletargado por la crisis económica y vuelve en el momento en que parece que despierta la actividad. El nuevo polígono de Can Guitar no está preparado y durmiendo el sueño de los justos está el de Els Bellots que se concibió como la gran salvación del desarrollo económico de la ciudad.